Un informe llevado a cabo por la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo de tabaco entre los jóvenes ha alertado del «preocupante» aumento del uso de los cigarrillos electrónicos en esta población.
Y es que, según los últimos datos disponibles, los jóvenes están recurriendo a estos productos a un «ritmo alarmante» y, de hecho, en algunos países europeos el uso de los cigarrillos electrónico entre los adolescentes europeos es mayor que el consumo de los de tabaco convencional. En Polonia, por ejemplo, en el año 2016 el 15,3 por ciento de los estudiantes fumaba cigarrillos y el 23,4 por ciento usaba cigarrillos electrónicos.
«Los cigarrillos electrónicos y otros productos nuevos y emergentes que contienen nicotina y tabaco, como los productos de tabaco calentados (HTP), son la próxima frontera en la epidemia mundial de tabaquismo. Si bien este último es un producto de tabaco, los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco y pueden contener nicotina o no. No obstante, existe una clara evidencia de que estos productos son adictivos y nocivos para la salud», han dicho desde el organismo de Naciones Unidas.
En este sentido, la OMS ha avisado de que los HTP exponen a los usuarios a sustancias y productos químicos tóxicos, «similares» a los que se encuentran en el humo del cigarrillo, muchos de los cuales pueden causar cáncer, mientras que el consumo de cigarrillos electrónicos «aumenta» el riesgo de enfermedades cardiovasculares y trastornos pulmonares.
Además, tanto los cigarrillos electrónicos como los HTP son particularmente «peligrosos» cuando los usan niños y adolescentes, ya que la exposición a una sustancia altamente adictiva como la nicotina puede tener efectos «dañinos y duraderos» en el cerebro en desarrollo.
Asimismo, algunos países que monitorean el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes han mostrado aumentos pronunciados a lo largo de los años. Por ejemplo, en Italia, la prevalencia del uso actual de cigarrillos electrónicos aumentó del 8,4 por ciento en 2014 al 17,5 por ciento en 2018; en Georgia, del 5,7 por ciento en 2014 al 13,2 por ciento en 2017; mientras que en Letonia fue del 9,1 por ciento en 2011 y del 18 por ciento en 2019.
No obstante, en el informe se destacan algunos avances en la lucha contra el tabaquismo que se están produciendo en Europa como el aumento de las acciones legales contra las campañas que fomentan estos consumos. Aunque existen desafíos en la regulación de estos productos, una aplicación «rigurosa» del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) podría, a juicio del organismo, acabar con las lagunas publicitarias y evitar que la industria lleve estos productos a los jóvenes.
Otra herramienta fundamental en la lucha contra el tabaco y los productos nuevos que contienen nicotina es la colaboración entre los institutos de investigación y los gobiernos. «La industria tabacalera ha sido implacable en sus intentos de mantener y aumentar las ganancias, siendo los cigarrillos electrónicos y el tabaco caliente solo otro medio para preservar y expandir sus mercados. Sin embargo, con una buena orientación, investigación y una implementación rigurosa del CMCT de la OMS, puede construir un camino hacia un futuro libre de tabaco y nicotina», han zanjado.