El Congreso celebra en la calle el Día de Constitución sin público

El Congreso celebrará este domingo el cuadragésimo segundo aniversario de la Constitución de 1978 en la conocida como Puerta de los Leones, donde se ha trasladado el acto principal de esta efeméride como consecuencia de las recomendaciones sanitarias frente al Covid. Pese a sacar esta ceremonia a la calle, los ciudadanos no podrán acercarse a aplaudir o abuchear a los políticos debido al amplio cordón policial establecido para garantizar el desarrollo normal de la misma.

Habitualmente el acto institucional que el Congreso acoge cada 6 de diciembre con motivo del Día de la Constitución tiene lugar en el Salón de Pasos Perdidos, donde cada año suelen darse cita en torno a 700 invitados entre miembros del Gobierno, las más altas autoridades del Estado, así como diputados y senadores.

Sin embargo, las restricciones del aforo que ha traído consigo el Covid han provocado que por primera vez esta tradicional ceremonia se celebre en el exterior del Congreso para garantizar así la asistencia de los invitados, que este año será menor al de anterior, pues se esperan en torno a 200, según informaron fuentes parlamentarias.

Todos ellos se reunirán en la escalinata de la Puerta de los Leones, desde donde la presidenta, Meritxell Batet, pronunciará su discurso acompañada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del Senado, Pilar Llop, la Mesa y portavoces parlamentarios de ambas cámaras, miembros del Ejecutivo y los presidentes del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.

Al acto central están invitados además representantes de otras instituciones, como el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General y el Consejo de Estado, así como los presidentes de las comunidades y ciudades autónomas y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

También se ha cursado invitación al presidente del primer partido de la oposición, Pablo Casado, a los representantes de los distintas fuerzas parlamentarias del Congreso y del Senado, expresidentes del Gobierno y del Congreso y el Senado, ponentes constitucionales y una representación de los agentes sociales y de la sociedad civil, entre los cuales figuran representantes de los colectivos sanitarios y de entidades sociales que luchan contra la pandemia y sus efectos.

En consecuencia, se ha decidido aplicar un dispositivo especial para blindar este acto institucional y que es similar a los aplicados en días como la apertura solemne de las Cortes que preside el Rey y que incluyen una parada militar.

Así, se prevé que a partir de las diez de la mañana se corte el tráfico de vehículos y de personas en todos los accesos a la Carrera de San Jerónimo, esto es, desde la calle Cedaceros hasta la conocida como Plaza de Neptuno, así como en la Plaza de las Cortes y en las calles adyacentes al Palacio del Congreso. Esta ampliación del cordón policial impedirá, por tanto, la presencia de público en sus alrededores para la llegada o salida de los políticos.

De nuevo este año Esquerra Republicana (ERC), el PNV y EH-Bildu, socios presupuestarios del Gobierno, no asistirán a la recepción oficial, y lo propio harán los diputados de Junts, la CUP y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), según confirmaron fuentes de estos partidos.

En los últimos años ERC, PNV, Bildu y Junts se han venido ausentando de ese acto alegando que no tienen nada que celebrar, y en 2019 se sumaron al ‘plante’ la CUP, que se estrenó en el Congreso tras las elecciones generales de noviembre de ese año, y el BNG, que regresó al Palacio de la Carrera de San Jerónimo con un diputado tras varios años sin representación.

Tampoco estarán en el Congreso el líder de Vox, Santiago Abascal, que va a asistir a una concentración en Barcelona en defensa de la Constitución, ni la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que ya se trasladó a Cataluña este viernes porque considera que es en esa comunidad donde corresponde reivindicar los principios constitucionales.

Año tras año, tras el discurso de la Presidencia, tenían lugar los habituales corrillos, conversaciones informales entre periodistas y políticos, pero este año el Congreso también ha decidido suprimir esta práctica con el fin de evitar las aglomeraciones y, con ellos, los riesgos de contagio del Covid. Así, tras el discurso de Batet, se pondrá fin a la ceremonia.