El ego de Sánchez se mide en escoltas: hasta 60 policías desplegados para visitar un hospital

  • La visita del presidente del Gobierno a La Paz fue muy sonada por el número de escoltas.
  • Sánchez ha paseado más de una vez en mano de sus escoltas un subfusil.
  • También utiliza de forma muy recurrente un maletín antibalas.
  • Si alguien pregunta en el Congreso de los Diputados por una palabra que defina al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprende la cantidad de personas que coinciden en la misma. «Ego», repiten. Y uno de los ejemplos de ese ego no es otro que el número desmesurado de escoltas que emplea el líder socialista para cualquiera de sus movimientos. Sin ir más lejos, fuentes del hospital público de La Paz aseguran que había cerca de 60 escoltas dispuestos por las diferentes plantas para la visita «sorpresa» del presidente. Además, también se dejó entrever el maletín antibalas, pero no el famoso subfusil que otras veces ha acompañado al líder socialista.

    Los datos oficiales avalan la afirmación de los testigos de La Paz. El número de escoltas y protección personal ha aumentado un 22% desde que el presidente Pedro Sánchez llegara a La Moncloa. Este dato se supo gracias a una pregunta que realizaron desde EH Bildu al poco de que el líder socialista ganara la moción de censura. El Ejecutivo se vio obligado a contestar y aclaró que habían incrementado en un 22% el número de escoltas y de policías destinados a la protección personal. Pero visto los testimonios de los que vivieron la visita del presidente a La Paz, parece que solo él se ha quedado a todos esos escoltas.

    A esto hay que añadirle que Sánchez de vez en cuando pasea en manos de sus escoltas unos gadgets propios de la Guerra Fría. Muchos se sorprendieron con el famoso maletín antibalas, un accesorio que además de dejar que se puedan transportar los papeles o carpetas que el presidente quiera, se puede desplegar para evitar que, en caso de que haya un tiroteo, proteja al presidente y le libere del riesgo que esté corriendo en ese hipotético y poco probable momento.

    Al mismo tiempo, Sánchez también ha visto con buenos ojos que los escoltas que le siguen porten un subfusil, que en el caso de la visita al hospital de La Paz no se dejó ver por cualquiera. Pero en la cabeza del presidente no viene mal que los suyos lleven un arma automática por si las cosas se tuercen. Especialmente cuando al candidato del PSOE le da por visitar tierra hostil, como ha considerado que es Cataluña, ya que fue aquí donde paseó el subfusil.

    No es la primera vez que el presidente del Gobierno exhibe su fuerza. En La Paz, una visita de bajo riesgo, los escoltas eran solo alrededor de 60. Sin embargo, en otros casos, como cuando acudió el líder socialista al aeropuerto de Santiago de Compostela, fueron hasta diez los coches repletos de guardias civiles los que escoltaron al presidente del Gobierno. Había que calmar su miedo (o su ego).

    El Gobierno insiste en que los criterios son policiales y técnicos. Que Sánchez no ha tenido nada que ver a la hora de tomar la decisión de rodearse de hombres armados a cada paso que da, eso sin tener en cuenta los que vigilan a sus hijas y a su mujer.

    Es solo un 22%, la mayoría de los cuales los cubre la Policía Nacional, no la Guardia Civil, pero también hay que tener en cuenta, y no se refleja en esas cifras oficiales, que cada vez que el presidente del Gobierno decide hacer una visita oficial se despliega un dispositivo policial para evitar altercados. Y con Sánchez, esos dispositivos son muy generosos, con él, claro.

    A todo esto hay que añadirle su coche oficial. Un Audi A8 L Security blindado hasta los dientes con una buena cantidad de toques de seguridad, como por ejemplo ventanas de un grosor inenarrable o puertas cuyo peso podría ser similar al de otro coche entero. Eso sí, Sánchez ya ha anunciado su intención de buscar un nuevo coche blindado que sea más ecológico que el que lleva. Ahorrarán en contaminación, pero no en blindaje, vaya a ser.