Asturias suma once muertes y 42 ingresos

La Consejería de Salud ha informado este miércoles del fallecimiento de once personas a causa del coronavirus, en una jornada en el que se han detectado 104 casos nuevos y se han producido 42 ingresos en centros hospitalarios.

Según ha informado el Principado en nota de prensa, los fallecimientos corresponden a cinco mujeres de 68, 86, 90, 94 y 96 años, y seis hombres de 77, 78, 79, 81, 84 y 86. Tres de estas personas tenían su domicilio en un centro residencial de mayores.

En cuanto a las hospitalizaciones, 37 se han producido en planta y 5 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Además, se registraron 17 altas. Actualmente, en el Principado hay 588 pacientes hospitalizados con confirmación o sospecha de coronavirus y otras 129 personas afectadas permanecen en unidades de cuidados intensivos.

El Servicio de Salud del Principado (Sespa) realizó ayer 2.802 pruebas de diagnóstico de infección activa y la tasa de positividad se situó en el 5,75%, según el criterio establecido por el Ministerio de Sanidad, que realiza el cálculo en función del número de pruebas positivas procesadas, en vez de por casos confirmados.

CRIBADOS POBLACIONALES

El Sespa ha recordado que la población de 30 a 50 años que reside en las áreas incluidas en los códigos postales 33011 (Oviedo), 33209 (Gijón) y 33401 (Avilés), y que vive con personas mayores de 65 años o cuida de ellas, siguen llamadas para realizar un cribado poblacional.

Para ello han de rellenar el formulario disponible en el enlace https://www.astursalud.es/formulario-pcr o llamar al 984 100 400. El Servicio de Salud irá citando a las personas interesadas para realizar una PCR. Para facilitar el contacto, deben incluir en el formulario un número de teléfono operativo para recibir información del día, hora y lugar donde se llevará a cabo la prueba, así como del resultado. Se ruega puntualidad para evitar aglomeraciones y colas.

Con estos cribados, el Principado pretende detectar y aislar a todas las personas asintomáticas en zonas de alta incidencia, así como a sus contactos estrechos, para frenar los contagios entre la población más vulnerable a la covid-19, que son los mayores de 65 años.