El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha asegurado que el republicanismo es ya una «identidad política» en España, que será «decisiva» en próximos procesos electorales y que se erige como solución al conflicto territorial en España
Así lo ha indicado durante su intervención en la presentación telemática del último libro del escritor Daniel Bernabé, titulado ‘La distancia del presente’, que ha tenido lugar este miércoles en el Círculo de Bellas Artes.
Al hilo de la publicación, que repasa los principales acontecimientos políticos y sociales del país, Iglesias ha destacado que se ha abierto un «espíritu republicano» que se proyecta «hacia el futuro», con experiencias «más democratizantes» y que, a su juicio, se parece «mucho más a España» a la visión del país que mantiene la derecha.
Ese republicanismo para Iglesias va «más allá» de cómo se organiza la forma del Estado, pues en su opinión la gente no entiende ya «que el jefe del Estado no pueda ser elegido, no pueda ser juzgado o no se le pueda echar si lo hace mal».
Dicha identidad republicana, según ha detallado, es además un «elemento de unión» entre ciudadanos de distintas regiones y también una «agenda de modernización» del país. «En próximos procesos electorales va a ser decisivo qué votar en términos republicanos», ha ahondado para subrayar también que, en democracia, lo que desea la mayor parte de los ciudadanos al final termina teniendo una «traducción política».
Frente a esta deriva, el secretario general de Podemos ha opinado que ve «muy inviable en términos electorales» que la derecha vuelva al Consejo de Ministros, dado que le sobra «demasiada España» al desdeñar la «plurinacionalidad» como elemento consustancial del país. Y es que el problema territorial se gestiona «desde un espíritu republicano» o se puede convertir en un «gran problema».
En el coloquio con el autor del libro y la periodista Ana Pardo de Vera, el vicepresidente ha asegurado que España está viviendo una nueva transición «en todos los niveles» y que Podemos realizó un «diagnóstico correcto», cuando apuntó que el «régimen político estaba cambiando».
«EL GOBIERNO DE COALICIÓN NO ES BAMBI»
La dirección del país, con el primer Gobierno de coalición, va en el rumbo positivo, con avances democráticos y de justicia social» pese a las tensiones con el PSOE, algo que ve normal entre socios. «El Gobierno de coalición no es Bambi», ha aseverado para reivindicar su «modesto» pero «intenso papel» para lograr la aprobación de diversas medidas.
También ha reflexionado que la presencia de Unidas Podemos ha propiciado que se hayan «caído las caretas» de los «grandes poderes», dado que su partido ha sido víctima de «todo tipo de cloacas, en especial las mediáticas».
Y es que para Iglesias, en política se juzga a un partido no por sus diagnósticos o razones, sino por sus «logros y sus enemigos». En el caso de Podemos, ha asegurado que en su currículum siempre estará «haber tenido un nutrido grupo de enemigos ilustres. «Si determinados poderes te asumen como su enemigo, es que algo estamos haciendo bien», ha apostillado.
«NOSTALGIA» DEL BIPARTIDISMO EN CIERTOS PODERES
En este sentido, ha asegurado que existe en determinados poderes «nostalgia» y «melancolía» del bipartidismo, que en el fondo evidencia el deseo de que el PP y el PSOE piensen lo mismo sobre aspectos esenciales del país.
Ahora, tal y como ha aseverado, ese bipartidismo se «ha acabado» y existe una derecha «cada vez más alejada de la democracia y la Constitución», al estar «permanentemente compitiendo con Vox», que es el «director fundamental» de la «guerra cultural de la derecha». Un factor que Iglesias apreció en la postura de la exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo.
A renglón seguido, el vicepresidente ha destacado que Vox se le puede definir políticamente como el «inconsciente» del PP, que antaño tuvo la capacidad de mantener dentro de sus filas a «todas las almas de la derecha».
Sobre el chat de antiguos militares que hablaban de golpe de estado contra el Gobierno, Iglesias ha subrayado que estos «señores no van a hacer nada» y que lo peligroso es el «ambiente ideológico» que se ha generado sobre la deslegitimación del Gobierno y la democracia. Algo que a su juicio ha reproducido la derecha al decir que el actual Ejecutivo no era legítimo. Frente a ello, ha reivindicado poner siempre por delante los derechos, la ley y la democracia.