Comisión Europea «vigilará» que los fondos para la reconstrucción se usen con perspectiva de género

La Comisión Europea «vigilará» que los fondos para la reconstrucción en el escenario postpandemia de COVID se usen con «perspectiva de género» y «ayuden a progresar en la igualdad», con medidas que tengan en cuenta estas visiones.

Así lo ha trasladado la directora de Igualdad de la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea, Irene Moozova, durante su intervención en la apertura del Congreso de la Asociación de Periodistas de Galicia (APG) sobre Medios de Comunicación en Tiempos de Covid-19 y sobre la influencia de pandemia en la igualdad y en la violencia de género.

Moozova ha recordado que, ya al principio de la crisis sanitaria, la comisaria europea de Igualdad, Helena Dalli, pidió a los gobiernos europeos que estuvieran «atentos» al impacto de la pandemia en la población más vulnerable, y que la igualdad y la perspectiva de género fueran «las bases» de las políticas que se adopten para luchar contra ese impacto.

Al respecto, la directora de Igualdad ha señalado que los fondos de reconstrucción deben contribuir a progresar en ese sentido, y ha recalcado que la perspectiva de género «no será el cómo, pero sí una parte de la solución».

Según ha recalcado Irene Moozova, las prioridades que establece la Estrategia Europea para la Igualdad 2020-2025 «siguen siendo válidas durante y después de la pandemia», y «ahora más que nunca hay que garantizar la igualdad de género como base de las políticas públicas». «Responder a la pandemia desde la perspectiva de género, hará que sea una respuesta más justa y eficaz», ha subrayado.

Por otra parte, esta responsable europea ha recordado que la pandemia de COVID ha puesto de relieve las desigualdades que ya existían en la sociedad, y ha demostrado que las personas que ya eran vulnerables «sufren más esta crisis». A ese respecto, ha recordado que han sido las mujeres las que más riesgos han asumido en materia laboral, y las que más han soportado la «sobrecarga» de los cuidados no remunerados, y ha añadido que los confinamientos han «exacerbado» también las experiencias de violencia de género.

En esta situación, ha alertado de que «los avances logrados» en materia de igualdad «están en riesgo de retroceso», y hay posibilidades reales de aumentar las desigualdades en ámbitos como el laboral. «No podemos repetir los errores de la crisis de 2008, en la que las medidas de austeridad afectaron especialmente a las mujeres», ha apuntado.

Según ha indicado, el progreso en el ámbito de la igualdad, que ya era «lento», ha sufrido una «ralentización» durante la pandemia, y ha advertido de que, «a esta velocidad, si no se hace nada», se alcanzará la igualdad «en 60 años».

Por ello, ha pedido «invertir ahora en políticas y estrategias», trabajar con los parlamentos de los Estados, con organizaciones e instituciones, para «progresar mejor y más rápido» y «no tener que esperar 60 años».

En la apertura de este congreso ha intervenido también la periodista Rosa María Calaf, excorresponsal de TVE, quien ha hablado sobre el papel del periodismo en el derribo de los estereotipos.

A ese respecto, Calaf ha apuntado que «no se da importancia» a los estereotipos pero son «munición ideológica» y «extremadamente peligrosos», porque contribuyen a la creación de «modelos sociales». Por eso el periodismo es «esencial» para combatirlos y asumir la responsabilidad de construir una sociedad «sana» y «bien informada», que sea capaz de «defender sus derechos y libertades, ahora muy sacudidos por la pandemia».

Según ha señalado, la crisis sanitaria «ha acentuado vulnerabilidades anteriores» pero también puede ser una «oportunidad» para reflexionar y cambiar, «salir de la avalancha de supuesta información». Al respecto, ha lamentado que la actual información «no es de calidad» y que la sociedad «está entretenida, pero no informada».

«Hagamos un ejercicio de espíritu crítico, de contrastar (…), porque hay noticias que mienten, silencios que engañan y ruido mediático que menosprecia los hechos», ha proclamado, y ha alertado de que ese menosprecio a los hechos contribuye a la polarización de la sociedad, que acaba en «rédito electoral para los extremos».

Rosa María Calaf ha recalcado que «el periodismo no puede ser de trinchera, ni una mera caja de resonancia», por lo que ha apostado por «centrarse en lo que no se ve, y contar lo que se calla». En ese sentido, ha incidido en la importancia de «usar bien el lenguaje» y abordar con responsabilidad el actual «cambio de época», para que suponga «un avance y no un retroceso».