El Servei Català de la Salut (CatSalut) ha impulsado un proyecto de atención al enfermo crítico complejo que permitirá, a través de vehículos hospitalizados y circuitos acordados, garantizar la «equidad territorial y el acceso a diagnósticos» desde cualquier punto de la geografía catalana, según ha explicado su director, Adrià Comella.
Lo ha dicho en declaraciones a los periodistas acompañado de la directora del área de servicios asistenciales de CatSalut, Xènia Acebes, y la directora del área de organizaciones y profesionales del CatSalut, Sara Manjón.
Acebes ha destacado que el sistema atiende a cerca de 1.400 pacientes al año con estas características, sin contar a aquellos enfermos críticos complejos derivados de la pandemia de coronavirus, aunque con la capacidad actual podrían atender hasta 2.000.
Así, han adquirido –por valor de 3 millones de euros– dos unidades de apoyo vital avanzado especializadas en el manejo de críticos complejos para la atención y el traslado de dichos pacientes en unas «condiciones determinadas», que están en funcionamiento desde el 15 de noviembre.
La partida también incluye la compra de un camión para los casos que requieran Ecmo –una máquina que sustituye temporalmente la función del pulmón o el corazón– dado que el aparato necesario para hacer esta oxigenación es «muy grande y el número de profesionales es más elevado».
Las unidades se administran desde el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) así como desde los cinco hospitales con «más conocimientos» en el manejo de críticos y en el uso de las tecnologías que requiere el tratamiento de estos pacientes; todos, próximos a Barcelona y que son los que aportarán los profesionales especializados.
Estos centros son el Hospital Clínic, el Hospital Vall d’Hebron y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona; el Hospital de Bellvitge, de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), y el Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona).
Acebes ha explicado que otro de los objetivos del plan es que este conocimiento ultraespecializado que se concentra en estos centros de Catalunya «salga y sea capaz de llegar a una amplitud mucho más grande» del sistema sanitario.
Estos críticos complejos son, entre otros, pacientes neurocríticos, pacientes con insuficiencia aguda refractaria a todos los tratamientos, pacientes en estado de choque cardiógeno y pacientes con sangrados internos por causas respiratoria y urológica, entre otros.
Acebes ha subrayado la importancia de que el diagnóstico y el tratamiento de estos personas sea «lo más precoz posible» y que su traslado hasta el centro donde tienen que recibir la terapia finalista se realice con las máximas condiciones de seguridad y calidad.
Así, estas unidades se dirigirán a un punto de la geografía catalana ante la necesidad de un crítico complejo para hacer una valoración del paciente y determinar si se puede realizar la atención ‘in situ’ o si es preciso el traslado a un centro hospitalario.
Estarán formadas por un intensivista y una enfermera especializada en pacientes críticos de alguno de estos cinco hospitales además de un médico y una enfermera del SEM, y, en caso de requerir Ecmo y otras tecnologías más avanzadas, se incorporarán cirujanos y más enfermeras.
Estos profesionales forman parte de un grupo estable de unas 70 personas, tienen un perfil determinado en base a los criterios acordados entre los cinco hospitales y el SEM, y, según Manjón, tienen «la voluntad» de formar parte de estas unidades.