La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha afirmado este lunes que la solución al problema del Sahara Occidental «no depende de la voluntad o de una acción unilateral de un país, por muy grande que éste país sea», sino que «el centro de gravedad está en la ONU».
González Laya se ha expresado así, en una entrevista en Onda Cero, sobre el hecho de que Estados Unidos haya reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
La ministra española ha aplicado este razonamiento tanto al contencioso del Sáhara Occidental como al conflicto entre palestinos es israelíes, dos problemas que, ha subrayado, siguen sin resolver a pesar de los acuerdos promovidos por Washington para que países árabes entablen relaciones diplomáticas con Israel. En el caso de Marruecos, ese acuerdo incluye el reconocimiento por parte de EEUU de la soberanía marroquí sobre el Sáhara.
«En ambos casos son procesos centrados en la ONU, es decir, necesitan acuerdo de la comunidad internacional para que la solución esta estable y aceptada por todos», ha remarcado.
Así, ha defendido que lo importante ahora es que el secretario general de la ONU nombre un nuevo enviado especial para el Sáhara Occidental, un puesto que lleva vacante nueve meses, para que éste «lidere» los esfuerzos para encontrar una solución hablando con «los vecinos inmediatos» como Marruecos, Mauritania y Argelia, con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y con «un grupo de países, entre ellos España, que tienen intereses cercanos».
González Laya ha evitado detallar si hubo una información expresa de Estados Unidos a España antes de tomar esta decisión pero ha insistido en que no le ha «pillado de sorpresa».
Tampoco ha querido «especular» sobre si la Administración Biden podría dar marcha atrás en esta decisión adoptada por Donald Trump en el periodo final de su mandato. «Le corresponderá a él evaluar la situación, ver de qué manera quiere posicionarse y trabajar para darle una solución justa pero también duradera que no dependa de bandazos de un momento u otro sino que tenga anclaje en la comunidad internacional», ha defendido.
Según ha dicho, el Gobierno español está teniendo ya «una serie de contactos» con el equipo de Biden para «buscar el retorno al multilateralismo». A juicio de España, ha dicho, «no cabe el unilateralismo para gestionar las relaciones internacionales», aunque esa parezca ser la regla hoy en día.
La ministra también ha dicho que ni el Sáhara Occidental ni la crisis migratoria han sido el motivo de que se haya aplazado para 2021 la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los Gobiernos de España y Marruecos que iba a tener lugar esta semana.
González Laya ha insistido en que la pandemia es el único motivo, y que aunque se ha estado «navegando el Covid», primero transformando lo que iba a ser una reunión amplia en un formato de «más prudencia», finalmente se ha decidido posponerla para celebrarla «con la amplitud y profundidad que requiere».
Así, ha afirmado que no ha sido la única cita que ha tenido que cancelarse por la pandemia y ha puesto como ejemplo un viaje que el presidente del Gobierno iba a hacer a Túnez. Marruecos, ha señalado, es el segundo país de África con más casos.
En todo caso, ha remarcado que el aplazamiento no disminuye la relación con Marruecos ni los contactos diarios que tienen ambos gobiernos para gestionar múltiples asuntos, entre ellos las migraciones, cosa que ambos hacen, ha afirmado, «de manera conjunta y corresponsable».
Además, la ministra ha alertado este lunes sobre las consecuencias que tendría que no se alcanzase un acuerdo con el Reino Unido sobre la situación fronteriza de Gibraltar antes del 1 de enero, cuando expire el periodo de transición y se consume el Brexit.
«Si hay acuerdo, se sentirá menos entre la población y podremos seguir construyendo una zona de cooperación compartida. Pero, si no, este lugar se convertirá en una frontera exterior con todas sus consecuencias», ha advertido la ministra.
Laya, que ha recordado que la cuestión de la soberanía genera desacuerdo entre ambos países, ha insistido en que España es «consciente» de la situación de los gibraltareños, que votaron «para que Reino Unido permaneciera en la Unión Europea». «Quizás porque conocen del impacto que va a tener en el día a día», ha apuntado.
La jefa de la diplomacia española quiere «pensar» que tanto el Reino Unido como la UE negocian «de buena fe», aunque «algunos» digan «más que otros que una salida sin acuerdo sería muy costosa», y más aún para los británicos.
«Habrá un intento hasta el último minuto», ha continuado Laya, que ha asegurado que la «última cosa» que deberían hacer ambos actores es «añadir desconfianza» en una negociación «tremendamente complicada», en la que toca «deshacer y volver a recomponer» unos lazos que han unido a ambos durante «más de 50 años».
Así, la titular de Exteriores ha dejado claro que en la negociación «no se está poniendo en tela de cuestión la soberanía británica». «Todos somos conscientes de que ha habido un referéndum donde se han tomado unas disposiciones. Ese capítulo está cerrado, y hay que construir el siguiente», ha aseverado.
Eso sí, Laya ha reconocido la dificultad de «construir una relación a partir de un divorcio», cuando normalmente este tipo de relaciones se inician con países con los que se no se está «deshaciendo una relación precedente». «Lo más cercano que se me ocurre es divorcio de una pareja en que hay que decidir qué pasa con las cuentas en común, los muebles, la casa en la playa… todo eso es lo que estamos intentando negociar y qué tipo de relación queremos a futuro», ha continuado.
Por ello, la ministra ha confiado en que haya un acuerdo antes de 2021 para facilitar cuestiones como las conexiones entre el Reino Unido y la UE toda vez que, cuando expire el plazo, el país británico será a efectos prácticos «como Estados Unidos o como Canadá».
Laya se ha expresado así después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, reiterase este domingo su claro escepticismo sobre la posibilidad de un acuerdo negociado que regule la futura relación con la Unión Europea. Además, Johnson reiteró su disposición a hablar con las capitales europeas en paralelo a las conversaciones con Bruselas que ha decidido prolongar con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.