El Gobierno vasco tira la casa por la ventana y se deja 35.000 euros en celebrar el euskera

El Olentzero saldrá caro a los vascos este año. Primero se dedicó a regañar a los niños que escribieron su carta al Papá Noel vasco en español y no en euskera y ahora ha acudido a la administración pública a exigir algo de dinero público para celebrar el Día Internacional del Euskera por todo lo alto. Concretamente, el Olentzero estará orgulloso después de haber convencido al gobierno vasco de que se gaste hasta 35,537.20 euros en organizar este evento que tuvo lugar el pasado 3 de diciembre que pretende ensalzar el euskera como lengua en un contexto en el que la Ley Educativa de la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha cedido competencias y ha retirado el castellano como lengua vehicular.

Los gastos para celebrar el Día del Euskera han sido muchos y variados. Campañas de márketing, diseño, «coordinación y organización del acto», propuesta de la escenografía y de la persona presentadora, fotos y grabación del acto y una memoria final que deje clara la repercusión mediática que ha tenido el evento de celebración de este día tan señalado. El Olentzero estará orgulloso, ya que además habrá conseguido que más de un niño escriba su carta al Papá Noel vasco, a los Reyes Magos o a él mismo en euskera.

Son 35.000 euros que tenían el único objetivo de promocionar el euskera. Por eso, es un evento que podría haber organizado el mismísimo Olentzero, ya que está muy estudiado para que, a pesar de estar en plena pandemia, este dinero público repercuta en la percepción de esta lengua local.

Previo al acto, se han pagado unos cuantos miles de euros para la comisión de coordinación de las administraciones públicas HAKOBA. Se acordó «el texto de la declaración, cuyo contenido constituirá el mensaje principal del acto. Maquetación y diseño del texto». Ahí ya fueron los primeros impuestos. Luego, hay que gastar otros tantos euros (sin especificar) para el diseño de la invitación. Tras esto, el gobierno vasco se ha gastado otra buena cantidad en la «creación de la publicidad previa al ENE, para su publicación en los medios de comunicación escritos, así como de las piezas que se vayan a emitir por radio y televisión». Y una vez todo esto estaba pagado, llega el grueso del gasto: el acto en sí que se celebró el primer jueves de diciembre.

EL ACTO

El Gobierno vasco ha sido respetuoso con las restricciones de la pandemia incluso para hacer un acto para ensalzar su lengua. Ya en los pliegos técnico figuraba que el evento «contará con un aforo mínimo de 300 personas. El acto tendrá lugar a la tarde (19:00h), y durará aproximadamente 60 minutos. A continuación, se ofrecerá un lunch (300 personas aproximadamente)», se reflejaba en el contrato. Pero lo más importante de este acto no es la organización como tal, sino la asistencia. Y no es para menos, pues que no estén las principales personalidades vascas sería un fracaso.

«Hay que tener en cuenta que la invitación la realizan conjuntamente el gobierno Vasco y administraciones públicas, que el lehendakari va estar presente y que habrá una importante participación de autoridades», se detalla en el documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com en el que se contrata el evento. Y es ahora, tras esto, cuando viene lo más complicado. Dar su dosis de protagonismo a cada uno y evitar que los celos se apoderen de las personalidades más destacadas del evento nacionalista.

«Cabe destacar que en el acto toman parte distintos agentes (instituciones públicas, autoridades relevantes, agentes sociales…),y que cada uno de ellos necesita su protagonismo, e incluso, en algunos casos, su reconocimiento, y que todo ello se debe conseguir en un tiempo límite de 60 minutos, cuidando la elegancia que requiere el nivel del acto, y que resulte al mismo tiempo ágil», se comenta en el contrato de los 35.000 euros, así que a ponerse manos a la obra para hacer malabares y no ofender a nadie.

Y como no podía ser de otra manera, ese dinero también va destinado a que se tenga en cuenta la perspectiva de género. Algo fundamental en los tiempos que corren y que debe quedar reflejado en cualquier contrato público, incluso en el que pretende gastar 35.000 euros en celebrar el Día Internacional del Euskera en plena pandemia.

«En cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres, la empresa adjudicataria no utilizará lenguaje sexista. En cuanto a los roles de hombres y mujeres, garantizarán que no haya usos estereotipados», detallan, algo de lo que Irene Montero, la ministra de Igualdad, estará muy orgullosa.

EL PAPÁ NOEL VASCO SE ENFADA

Parece que a la Ley Celaá y su eliminación del castellano como lengua vehicular ha dado el pistoletazo de salida para que los idiomas regionales crezcan como la espuma. Es el caso del euskera y de la curiosa reprimenda que el Papá Noel vasco, conocido como el Olentzero, ha dado a los niños que escribieron su carta para pedir regalos en español. Cuando este personaje pasó por Leioa, una localidad vizcaína junto a Bilbao, se dio cuenta de que muchos niños habían escrito en castellano, algo que no ha tolerado el Olentzero.

En la carta, el Olentzero de Leioa advertía a los más pequeños de que las cartas que les llegan en español «muchas veces nos quedamos sin poder leerlas». Además, no se ha cortado a la hora de recortar a los niños que este año debe darles «un tirón de orejas» por escribirles en castellano, «ya que los tres sabemos que la mayoría sabéis euskera, pero aún así escribís muchas cartas en castellano», detallaba.

La oposición, desde luego, no se tomó a bien las palabras del Olentzero y no dejaron escapar el momento para hacer unas duras declaraciones. «El PNV siempre castiga a quienes no son nacionalistas y ahora lo hace con los niños diciéndoles que si no escriben la carta en euskera no van a recibir regalos. Flaco favor le hacen así al nacionalismo», ha asegurado el presidente del Partido Popular vasco, Carlos Iturgáiz.