La comunidad autónoma de Extremadura ha suspendido el denominado Plan de Navidad, que contemplaba una cierta flexibilización en las medidas impuestas para contener la propagación de la Covid-19, como la ampliación de las reuniones a 10 personas y retrasar el toque de queda a la 1,30 en las fechas señaladas, debido al incremento de la tasa de incidencia de contagios, que se ha elevado este domingo hasta los 267 por cada 100.000 habitantes a los 14 días.
Así lo ha comunicado el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, en una comparecencia tras el Consejo de Gobierno reunido este domingo en sesión extraordinaria.
Una reunión en la que se han analizado los datos de nuevos positivos que deja la pandemia, y que según Vergeles continuarán subiendo en los próximos días conforme vayan reflejando los contagios provocados por la movilidad durante el fin de semana del Black Friday y, fundamentalmente, el puente de diciembre.
De esta forma, la comunidad continuará durante las Navidades en el nivel 3 de alerta, por lo que las reuniones familiares y las mesas de los restaurantes serán de un máximo de seis personas –a excepción de las cenas de Nochebuena y Nochevieja en domicilios, que seguirán siendo de 10–, y el toque de queda continuará a las 00,00 horas, salvo para las uvas del 31 de diciembre, para lo cual se permitirá llegar a casa a las 00,30 horas.
No obstante, se mantienen algunas medidas, como el cierre perimetral de la comunidad entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, de tal forma que solo se permitirán reuniones familiares, y se descarta para los allegados, así como las salidas de las personas de centros residenciales «con todas las medidas de seguridad».
SALIDA DE RESIDENCIAS
«Hemos entendido que no se puede seguir castigando más a una parte de la población que necesita del contacto de sus seres queridos, y que son las personas de las residencias», ha señalado Vergeles, quien ha explicado que este lunes se planificarán estas salidas y visitas a las residencias.
No obstante, ha avanzado que se limitarán a las residencias sin positivos, y que se incrementarán las pruebas PCR o test de antígenos, en función de las recomendaciones de los técnicos. Estas salidas tendrán que ser solicitadas con días de antelación, y se realizarán durante un mínimo de cuatro días, que es el tiempo en el que dichas pruebas son eficaces. Además, el residente solo podrá ir a un domicilio.
Con respecto al cierre perimetral, ha señalado que se determinará con la Delegación del Gobierno como se realizará el control de estos desplazamientos, si bien ha señalado, como en anteriores ocasiones, que no se puede cerrar una comunidad de 42.000 kilómetros cuadrados, por lo que se harán controles aleatorios en los que no descarta, como en otras comunidades, solicitar el libro de familia.
De esta forma, y teniendo en cuenta que hay personas que ya se han desplazado hasta la comunidad para pasar las vacaciones, se permitirá que las cenas de Nochebuena y Nochevieja dentro de los domicilios sean diez personas como máximo.
Asimismo, en nochevieja se retrasará el toque de queda a las 00,30 horas exclusivamente para las personas que toman las uvas fuera de su domicilio puedan regresar a tiempo.
RESPONSABILIDAD
Vergeles ha apelado nuevamente a las responsabilidad de los ciudadanos y ha recordado las recomendaciones que deben aplicarse incluso durante las reuniones familiares en domicilios, las conocidas como seis M, es decir, el lavado frecuente de manos, el uso de la mascarilla, minimización de contactos, máxima ventilación aunque haya que pasar «un poco de frío» en las cenas, y por último, la M de «me quedo en casa», con la que apela a la reducción máxima de los desplazamientos.
Vergeles ha señalado que la extremeña es una sociedad «madura», pero reconoce que hay «una parte que ha demostrado que no se toman las cosas en serio», y que pueden «aguar la fiesta» al resto. En este sentido, ha señalado que «navidades hay muchas, pero vida solo una», y que quienes actúan «de forma relajada» pueden provocar contagios e incluso el fallecimiento de sus seres queridos.
Además, ha apuntado que los neurólogos le están transmitiendo que el coronavirus está provocando «deterioros cognitivos» incluso en pacientes asintomáticos, por lo que ha insistido en que se trata de una enfermedad de la que aún se conoce «poco» acerca de sus consecuencias. «No podemos jugar a la ruleta rusa», ha advertido.