Los mejores pueblos para seguir una ruta de la gastronomía andaluza

Si hablamos de viajar a Andalucía, podemos hacerlo de diversas formas. Una de las más típicas es la de seguir la ruta de los pueblos blancos, que es una de las más extendidas. Sin embargo, también podemos aprovechar y no solo disfrutar del arte que guarda cada rincón de la comunidad, sino también saber cómo gozan los andaluces de su gastronomía y, por supuesto, compartirla con ellos.

Aunque en las propuestas turísticas, de forma general, no paramos a pensar demasiado dónde vamos a comer, si nuestro destino es Andalucía, la cosa debería cambiar. Su gastronomía es uno de los mayores atractivos de la zona, por lo que no debemos dejar de probar sus deliciosas y jugosas carnes de caza, muy relacionadas con los rincones de la sierra y de la montaña, así como los frescos productos de la huerta o su exquisito pescado, en los lugares cercanos a la costa.

Si ya estás preparando tu próximo viaje, descubre los mejores pueblos para seguir una ruta gastronómica andaluza.

Benaocaz, en plena ruta de los pueblos blancos

benaocaz pueblos

España está llena de tesoros que debemos visitar al menos una vez en la vida. Si nos enamoran sus costas, no podemos dejar de acudir a Andalucía para disfrutar del mejor turismo de interior. En plena ruta de los pueblos blancos andaluza, podemos encontrar un antiguo refugio de montaña y, muy cerca de este, el Restaurante Posada El Parral.

Desde el mismo, además de disfrutar de unas impresionantes vistas de la naturaleza de la zona, también podremos degustar una gran cantidad de productos autóctonos. Dentro de este restaurante, al igual que en las cocinas de muchos otros, podremos deleitarnos con elaboraciones caseras que nos terminarán sorprendiendo y cargando de energía después de una buena mañana de ruta o de senderismo.

Entre todas las opciones, tenemos algunas que destacan, como las carnes a la brasa, que se convierte en el ingrediente estrella de esta zona. No podemos olvidarnos tampoco de sus quesos o de disfrutar de una buena carrillera ibérica o el lagarto ibérico del sur. Cuentan con terrazas de verano y también una sala rústica con chimenea para disfrutar del invierno.