La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha admitido como «moralmente aceptable» el uso de vacunas producidas a partir de células de fetos abortados en los años 70, ante las objeciones lanzadas por algunos grupos antiabortistas, sobre todo, de Estados Unidos y Canadá.
«Es moralmente aceptable utilizar las vacunas anti-Covid-19 que han usado líneas celulares provenientes de fetos abortados en el proceso de investigación científica y producción», ha señalado en una nota el organismo del Vaticano que preside el cardenal español, Luis Francisco Ladaria Ferrer.
En este momento, son cinco las vacunas frente al SARS-CoV-2que usan líneas de células fetales HEK-293 y PER.c6. Solo dos de ellas se encuentran en ensayos clínicos. En cuatro de esas cinco, las células se utilizan como «fábricas» para producir adenovirus y en una, se utilizan para la fabricación de proteína S recombinante.
Sobre esta cuestión, ya hay un pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado ‘Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados’ de 2005, y que reafirmó en 2017, en el que se indica que los católicos pueden recibir vacunas que se hayan fabricado utilizando estas líneas de células fetales humanas.
A este respecto, algunas vacunas utilizadas en los calendarios –rubéola, varicela, hepatitis A y herpes zóster– también utilizan esas células, al igual que algunos fármacos usados en el tratamiento de la artritis reumatoidea, la diabetes y la hemofilia.