El Gobierno aprueba la ‘Ley Celaá’ sin incluir enmiendas

El Senado ha aprobado este miércoles la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE) con 142 votos a favor, 112 en contra y 9 abstenciones y sin realizar ninguna modificación en su tramitación en la Cámara alta, por lo que el texto no debe regresar al Congreso y se publicará directamente en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El PSOE ha contado con el apoyo de ERC, PNV, Más País, Compromís, Més Per Mallorca, En Comú Podem y Adelante Andalucía mientras que PP, Ciudadanos, UPN, PRC y Vox han rechazado el texto. EH Bildu, Junts Per Catalunya y Teruel Existe han decidido abstenerse.

Este resultado ha sido celebrado por la bancada socialista con un aplauso, que ha agradecido la Ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, que ha estado presente durante todo el debate. En la votación, además, ha estado arropada por la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, y los titulares de Interior y Transportes, Fernando Grande-Marlaska y José Luis Ábalos, respectivamente.

Durante el debate, el presidente de la Comisión de Educación en el Senado, el socialista José Asensi, ha presentado el texto ante el Pleno de la Cámara Alta. En su intervención ha repasado el proceso que ha transitado esta ley, desde que se presentó en la anterior legislatura, cuando decayó su tramitación por la convocatoria de elecciones; pasando por las enmiendas a la totalidad en el Congreso de PP, Vox y Ciudadanos, y las propuestas de veto que este miércoles han defendido PP, Ciudadanos y Unión del Pueblo Navarro (UPN), en el Senado.

Tras agradecer a todos los que han trabajador en él, ha señalado que la norma, conocida como ‘Ley Celaá’, busca «mejorar la calidad en las condiciones en las que se ejercer el derecho a la Educación», así como «el dominio de las competencias básicas», el de «las nuevas tecnologías», el «impulso de la lectura», el «avance de la Formación Profesional», la «autonomía de los centros» y la «apertura de los mismos al entorno social».

Tal y como ocurrió en el debate de la Comisión, la semana pasada, los partidos que han presentado veto a esta norma denunciaron el feo que, a su juicio, el Gobierno ha hecho al Senado acelerando la aprobación de este texto cuando, según ha explicado el portavoz de UPN, Prudencio Catalán, la fecha prevista para finalizar la tramitación de la ley era el 25 de febrero.

CRÍTICAS AL PSOE Y A QUIENES APOYAN LA LEY

El discurso de Catalán se ha centrado en los puntos más polémicos de la norma, como la eliminación del castellano como lengua vehicular, la «elección a dedo» de los inspectores de educación, la «eliminación» de los centros especiales y el «ataque» a la concertada, que ha rechazado. «La ‘Ley Celaá’ nace muerta. Tiene fecha de caducidad», ha lamentado.

De forma similar se han expresado el resto de formaciones que han presentado veto al texto. El representante del PP, Pablo Ruz, se ha dirigido a quienes han apoyado el texto para criticar su «sumisión a un Gobierno» que, a su juicio, «es inmoral» y «no es el que necesita España». A los socialistas, por su parte, los ha acusado de «despreciar a las Cortes Generales en la labor de esta Cámara» al no «contemplar ninguna de las 640 enmiendas» presentadas en el Senado.

Por parte, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Lorena Roldán, ha acusado al PSOE de pasar de «dinamitar el Pacto de Estado» por la Educación al traer «esta ley que amenaza los derechos de las familias y los de los alumnos». En su intervención ha acusado al PSOE de mentir sobre la inmersión lingüística que, a su juicio, no garantiza el aprendizaje del castellano en Cataluña, además de «no tener apoyo» que los socialistas dicen y de ser, en su opinión, un «modelo del siglo pasado». «Están blindando el abuso del separatismo», ha declarado.

El representante socialista, José María Oleaga, ha respondido a estas críticas señalando que la LOMLOE viene a «corregir» la «división» que generó la ‘Ley Wert’ del PP entre el alumnado, distinguiendo entre aquellos con «excelencia» y «el resto», a su juicio, tratado como un «pelotón de torpes» y «vagos». También ha preguntado a PP, Ciudadanos y UPN, «por qué no quieren la integración de las personas con discapacidad desde la escuela» o si creen verdaderamente que el castellano «esté en peligro» en el país.

UNA NORMA MEJOR QUE LA ‘LEY WERT’

«Ustedes no aman a España como es, sino como les gustaría que fuera. Es plural y diverso, tiene diferentes formas de expresión cultural, diferentes formas de expresión lingüística, diferentes gastronomías, paisajes y política. Esto es España y no lo que ustedes quieren que sea», ha apuntado el senador.

De forma similar se han expresado los partidos que han apoyado la norma. Así, el portavoz de Más País, Eduardo Fernández Rubiño, ha señalado que «cuando más miente» la derecha con respecto a la Ley «más razones dan» a quienes están a su favor. Además, ha reprochado al PP su «discurso ético» sobre «consensos» y «acuerdos» cuando «se sabe lo que ellos hicieron» en las «últimas» legislaturas.

Fernández Rubiño sí ha reconocido que le hubiera gustado «llegar más lejos» con la LOMLOE y también «otra tramitación», una opinión que ha compartido la portavoz del PNV, María Rosa Peral, que ha hablado de «precipitación» y de un debate «poco oportuno» al coincidir con el de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). También ha reconocido que la norma no es la que querría, «porque es estatal».

Aún así, ha defendido que la ‘Ley Celaá’ recoge parte de sus reivindicaciones y es «un avance» frente a la LOMCE. En este sentido, ha señalado que incluye «la libertad de enseñanza y elección» de las familias, «no arrincona» a educación la especial, «prioriza la cohesión de la comunidad educativa» y «no excluye al castellano».

La representante de ERC, Adelina Escandell, por su parte, ha criticado que la derecha «confunda la libertad con sus privilegios» y que no reclame esta libertad «para todos», sino sólo «para los que son y piensan» como ellos. La independentista ha indicado que, también, se oponen «sistemáticamente al diálogo, a no ser que ganen sus posturas». Para Escandell «no es la ley» que ellos «hubieran deseado» pero «sitúa la Educación en el siglo XXI».

«NO BLINDA EL CATALÁN COMO VEHICULAR»

Pero la Ley también ha tenido críticas por parte Junts per Catalunya. Su portavoz en el debate, Assumpció Castellví, ha advertido que la norma «no blinda el catalán como lengua vehicular» y «deja a la interpretación» esta materia al no especificar la administración competente en la misma. «No queremos dejar a la interpretación, porque siempre se interpreta en contra de nuestra lengua, la catalana», ha declarado la senadora.

El representante de Coalición Canaria, Fernando Clavijo, por su parte, ha lamentado que las formaciones no se puedan poner de acuerdo en un tema como este y ha criticado, tanto que no se hayan aceptado enmiendas para su mejora, como el «argumentario de partido» que han usado algunos portavoces para defender opiniones «absurdas».

Sobre el «secuestro» del trabajo del Senado también se ha referido el portavoz de Compromís, Carles Mulet, quien ha defendido algunas de las enmiendas que su partido ha presentado, como la inclusión de la música; mayores garantías para el conocimiento de otras lenguas oficiales, así como la asturiana o la leonesa; una educación sexual en todos los niveles educativos; o garantizar la enseñanza de la ética y la filosofía, una medida que habían acordado hasta cinco grupos parlamentarios.

Finalmente, el senador de Vox, José Manuel Marín, ha denunciado que esta norma pretenda dar clase a los alumnos en «una lengua impostada» para que crezcan en «patrias artificiales» y se «silencie el papel de la familia» a través de un «falso respeto a la diversidad» que incluye «ideas progres acerca del sexo y el género» que «manipulan» las «conciencias» de los menores.