Accidente, dimisión y extrañas alianzas: el Gobierno de La Rioja, al límite

Entre los colectivos progresistas riojanos se descorchó champán en mayo de 2019 tras producirse unos resultados autonómicos que abocaban al Partido Popular a tomar la oposición tras casi un cuarto de siglo en el poder.

Pero el PSOE de Concha Andreu, a la que le faltaban dos diputados para la mayoría, se encontró con que Unidas Podemos se rompía en plenas negociaciones. Y tras hacerse con el voto de la diputada de IU, los socialistas tuvieron que sudar ríos de tinta para lograr que Raquel Romero, diputada por Podemos, cediese su brazo a torcer.

Y es que desde Podemos La Rioja intentaron que Romero no tuviera duplicidad de cargos, parlamentaria y consejera, pero ella se atrincheró en el puesto, rompió con el equipo morado en Logroño y pidió para las negociaciones a un equipo de Podemos que venía avalado por su negociación en la legislatura pasada para conseguir un pacto de Gobierno en Castilla-La Mancha.

Muy sola estaba Romero, convertida en consejera de Igualdad, Participación y Agenda 2030 para enfado del entonces líder morado en La Rioja (Kiko Garrido, que intentó que su novia consiguiera el puesto y acabó dimitiendo como barón).

FICHAJES MANCHEGOS: MARIO HERRERA Y COMPAÑÍA

Esta soledad la palió Romero en parte con el fichaje de los negociadores castellano-manchegos, que se instalaron en los alrededores de Logroño y aprovecharon el peso estratégico de la única diputada morada, clave en la investidura, para hacerse con altos cargos en La Rioja.

Uno de los incorporados a la política riojana tras haber fructificado las negociaciones con el PSOE fue Mario Herrera, paracaidista que pasó de ser concejal en Ciudad Real a convertirse en director general de Participación Ciudadana de una tierra que conocía por fotos.

ACCIDENTE

El final de año no pudo ser peor para Herrera, que en Nochevieja estrelló su BMW contra un árbol y abandonó el coche a su suerte. La multa que le impusieron, 100 euros por no señalizar con triángulos el coche, era lo de menos.

Y es que algunos presumían que Herrera se largó del lugar del accidente porque la Guardia Civil le podría haber realizado un control que, en este caso sí, hubiera supuesto su final político de forma inmediata.

Pero Herrera soportó la polémica casi hasta finales de enero. Y ha acabado dimitiendo sin expresar su ‘mea culpa’. En vez de ello, denunció que él y su familia habían sufrido amenazas. Es decir, que era víctima de una «cacería» relacionada con el «fascismo».

Las palabras gruesas de Herrera no esconden el hartazgo que se produjo a nivel interno del Ejecutivo por su atrincheramiento: el secretario general del PSOE riojano, Francisco Ocón (cesado como consejero de Gobernanza por su guerra contra Andreu), había pedido su cabeza. Y el propio Consejo Ciudadano de Podemos había criticado su actitud.

MARIO HERRERA SE PRESENTA COMO VÍCTIMA

Mario Herrera afirmó en la Cadena SER que cree que «hay que plantearse muchas cosas en este país cuando un cargo público tiene que tiene que abandonar la política por haber recibido amenazas de muerte contra mí y contra mi familia».

«Todo tiene un nombre: fascismo. Por todo esto, tras meditarlo y consultarlo con las compañeras del partido renuncio como director general de Participación del Gobierno de La Rioja. Y lo hago por una razón: porque ni mi seguridad ni la de mi familia puede ser garantizada», subrayó

Y añadió: «He tenido el apoyo absoluto de toda la consejería e incluso hoy la propia presidenta me ha llamado para darme ánimos y decirme que no son justificable las amenazas de muerte. Lo que he recibido es cariño y un apoyo férreo».

Mario Herrera, que en Castilla-La Mancha había llamado «zorra» a la expresidenta autonómica María Dolores de Cospedal, ha forzado el enésimo cambio del Ejecutivo riojano en poco más de año y medio.

Y es que en lo que llevamos de legislatura han caído el consejero de Educación y Cultura, Luis Cacho; el portavoz Chus del Río; el consejero de Sostenibilidad José Luis Rubio (dueño de una sicav con sede en Luxemburgo de 77 millones de euros); y Francisco Ocón, que protagoniza una curiosa bicefalia en el socialismo rioano con Concha Andreu.

EXTRAÑAS ALIANZAS

La errática confección de Gobierno ha supuesto un grave problema para Concha Andreu, que está sufriendo un panorama mediático riojano muy proclive a los intereses del Partido Popular. La línea editorial del diario La Rioja, la televisión autonómica TVR (ambos de Vocento) y COPE está complicando la situación al PSOE.

Y este hecho quizás ha invitado a apostar por una curiosa estrategia que ha supuesto la implantación del controvertido empresario Míchel Méndez Pozo en La Rioja. El constructor burgalés, encarcelado en su día por corrupción, contaba con medios en Castilla y León, Navarra y Castilla-La Mancha.

Pero la empresa mediática de Méndez Pozo, Promecal, ha llegado al ‘olor de las sardinas’ del Gobierno controlado por el PSOE. Este hecho se evidencia con el reciente lanzamiento del periódico El Día de la Rioja y del canal televisivo La 7 de La Rioja.