¿Cuántos diputados vascos hablan euskera? Cada palabra suya en español cuesta 10 céntimos

El Gobierno de Íñigo Urkullu ha abierto una oferta pública este enero para licitar un contrato por el que busca traductores del español al euskera y viceversa para cambiar de idioma los diarios de todas las sesiones plenarias y documentos parlamentarios o administrativos de la cámara vasca. El presupuesto con IVA del contrato asciende a los 106.867 euros, que el Ejecutivo de Urkullu gastará aun estando el país en plena tercera ola de la pandemia para traducir estos documentos a 0,097 céntimos por palabra.

La oferta se encuentra en este momento abierta, con fecha final para presentar propuestas el día 29 de este mes. Con una duración de un año, el contrato se emite mientras España y occidente están aun sumidos en una nueva ola de la pandemia de coronavirus.

En concreto, el órgano contratante es la Mesa del Parlamento Vasco, y el objeto del contrato, tal y como se describe en las webs oficiales de la comunidad, es el de la «traducción del castellano al euskera y viceversa de los diarios de sesiones plenarias y otros textos parlamentarios o administrativos del Parlamento Vasco». Detalla tres criterios para la concesión: calidad de la traducción, proceso de gestión y preparación profesional y experiencia de los traductores.

De esta forma, el Partido Nacionalista Vasco ejerce una nueva presión para equiparar euskera y español, pese a que ambos idiomas son ya cooficiales en la comunidad autónoma, y se entiende que todos los parlamentarios y parlamentarias pueden desenvolverse de manera perfecta en español, sin necesitar por tanto una duplicación de documentos económicamente exigente.

El debate sobre el uso de lenguas cooficiales en España está mas vivo que nunca en estos momentos, dada la reforma de la ley educativa conocida como ‘ley Celaá’, y las críticas de la derecha por presuntamente debilitar la enseñanza del español en las escuelas.

Igualmente, actualmente la presencia de las lenguas cooficiales en las instituciones ya existe, dado que en el Senado, por ejemplo, es posible para los políticos comunicar en uno de los idiomas regional en determinados casos. La traducción es, precisamente, una de las problemáticas que supone el uso de estas lenguas, como señalan expertos en derecho parlamentario consultados por medios, que recuerdan que por cada comunicación debería existir una traducción para que todos los miembros de la cámara puedan comprender lo que se dice.

Este ejercicio de traducción, por ello, puede resultar problemático por varias razones. En caso de usarse por vía oral, el resto de parlamentarios debería disponer de un servicio de traducción en tiempo real, mientras que en casos como el del Parlamento vasco aquí expuesto, la traducción supone un gasto económico relevante.

URKULLU, PREOCUPADO POR EL DESUSO DEL EUSKERA EN PANDEMIA

El presidente autonómico dijo el pasado diciembre en una reunión con el Consejo Asesor del Euskera, con motivo del Día de celebración de esta lengua, que la comunidad debía enfrentarse a la crisis provocada por la Covid-19 «en euskera». Íñigo Urkullu se lamentó de que el idioma regional se había visto influido por la pandemia, especialmente en su uso, y mencionó que las instituciones no habían podido actuar al respecto de la forma en que le hubiera gustado.

Así, el líder del PNV animó a usar el euskera para «hacer frente a la crisis mundial». «Sabíamos ya que el futuro venía en euskera, que el futuro habla también en euskera», dijo el lehendakari, añadiendo que dicha lengua es «necesaria compañera de camino, ayuda en el esfuerzo por superar las dificultades». «Debemos al mundo la voz del euskera. Porque usar el euskera es nuestra manera de ser ciudadanos y ciudadanas del mundo. Porque el euskera nos hace avanzar», valoró Urkullu.

En este contexto, puede entenderse la oferta emitida por el Parlamento vasco como un movimiento enmarcado en esta intención del presidente por salir de la crisis del coronavirus con un euskera reforzado en las instituciones.