Las estaciones de esquí, ¿un nuevo foco de contagios?

Con una tasa de incidencia disparada, superando los 40000 nuevos contagios diarios, rebasando la cifra de 400 personas muertas en España por coronavirus, la atención pública se vuelve ahora hacia las estaciones de esquí. ¿Son potenciales focos de contagio? ¿Deberían cerrar por ley como lo han hecho miles de negocios de hostelería en las mismas comunidades donde ellas permanecen activas? Los ciudadanos comienzan a mostrar signos de fatiga emocional hacia lo que se permite y lo que no. ¿Realmente se antepone la salud o salvar algunos negocios? La última polémica la ha levantado Juan Carlos Monedero difundiendo imágenes de una de las estaciones de esquí de Andalucía donde se ve una aglomeración de personas inusual en los tiempos que vivimos.

Desde noviembre, la agenda política ha valorado qué hacer con las estaciones de esquí. ¿Salvar la temporada? El sector mueve al año una media de 40 millones de euros, entre lo directo que genera para las estaciones y los negocios que viven del turismo deportivo que propician. En empleos, aunque temporales también es muy importante en las zonas de actividad. Sin embargo, los hosteleros de las comunidades autónomas que cuentan con estaciones de esquí han clamado con el hecho de que ellos sean cabezas de turco mientras otros pueden seguir manteniendo su actividad.

Si bien no se ha demostrado una relación causa efecto entre permitir el ocio y la restauración y un aumento de contagios, sino que se justifica con las concentraciones sociales, se den donde se den, sí se sabe que al inicio de la pandemia algunas estaciones de esquí de los Alpes actuaron como focos de contagios importantes. Es más, esto llevó a Alemania a decretar el cierre inmediato de todas sus estaciones y recomendar al resto de países de la Unión Europea que hicieran lo mismo.

En España, Sanidad reunió a las Comunidades Autónomas afectadas y después optó por el habitual ‘que cada uno haga lo que mejor le parezca’. En su línea de ‘cogobernanza’ sin responsabilidad.

TURISMO HA PROVISTO DE UNA GUÍA PARA COMBATIR EL COVID EN LAS ESTACIONES DE ESQUÍ

La Secretaría de Estado de Turismo difundió a principios de la temporada de esquí nueva guía de recomendaciones sanitarias frente a la COVID-19 para las estaciones de esquí y montaña que abrieran. El objetivo de la Administración: prevenir contagios entre trabajadores y clientes. En el manual se recogen algunas medidas muy generales: distancia de seguridad entre los trabajadores, identificar y proteger a los trabajadores que formen parte de los grupos de riesgo, dotarles de equipos de protección individual adecuadas, o una ‘correcta’ higiene de manos.

Sin embargo, como en cualquier actividad hoy en día, el riesgo reside en los espacios privados. Al aire libre, apuntan los expertos, la posibilidad de contagio es mínima, aunque insisten en que no existe el riesgo cero. Para los interiores y zonas comunes, la guía recomienda la ventilación natural diaria, mantenida el máximo tiempo posible -las temperaturas bajo cero pueden ser un fuerte inconveniente-. A mayores, se incluye la recomendación a las estaciones de esquí de desinfectar todo: ropa de trabajo, zonas de trabajo y atención al cliente, material de alquiler… absolutamente todo. Por supuesto, se recomienda instalar puntos de desinfección de manos para los usuarios -dispensadores de gel-.

¿LAS ESTACIONES DE ESQUÍ SON POTENCIALES PUNTOS DE CONTAGIO?

Para las estaciones de esquí y las zonas que viven de ellas, el período de Navidad supone un tercio de sus ingresos anuales. No es de extrañar que se hayan buscado todos los recovecos legales para que pudieran abrir. Si bien en el Puente de la Constitución no, al menos en el resto de la campaña para no perderla. ¿Dónde reside el peligro de contagio en una estación de esquí? ¿Cuál es el peligro real de estas actividades al aire libre en invierno? Los epidemiólogos apuntan no tanto al deporte en sí como a la actividad social que genera.

Pasar unos días en la nieve, tanto si se acude en familia o con amigos, implica una serie de hábitos sociales que hoy favorecen los contagios. Las estaciones de esquí tienen dos focos de negocio: la actividad deportiva (pistas, entradas, alquiler de material deportivo) y el ocio. Y es aquí donde los epidemiólogos alertan de que hay que cortarlo si no se quieren repetir situaciones como la de Austria. Así, cafeterías, restaurantes y zonas comunes se elevan como los mayores peligros que guardan mantener abiertas las estaciones de esquí.

Asimismo, también se señalan las aglomeraciones y colas de espera para subir a los remontes, como se ve en el vídeo difundido por Monedero, y los apartamentos compartidos.