El papelón de Arrimadas o cómo explicar que apoyará a Illa si tiene opciones de gobernar

Desde luego, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, tiene que urdir una estrategia complicada. La mayoría sabe, incluso en las bases del partido, que si el candidato del PSC a las elecciones catalanas, el ministro Salvador Illa, tiene opciones de gobernar, la formación naranja le apoyará. Sin embargo, reconocer eso antes de que se celebren los comicios es un sacrilegio para los seguidores de Arrimadas. Aún así, los más fieles seguidores al estilo Girauta que permanecen en el partido se revuelven con la sola idea de que su partido se plantee apoyar a quien gestionó, a su juicio, de manera nefasta, la crisis del coronavirus. Ahora hay un enfrentamiento interno, pero la presidenta de la formación naranja solo está preocupada por evitar que los suyos reconozcan el secreto a voces de que apoyarán a Illa como president en caso de que tenga opciones de gobernar.

A pesar de todo, Inés Arrimadas ha dejado ver parte de sus intenciones con las últimas declaraciones.  «Si el PSC puede elegir, elegirá a ERC antes que a Ciudadanos. Por eso es importante que Cs tenga más votos», ha deslizado sin aclarar de forma contundente si le apoyará en caso de que el ministro tenga opciones.

Que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya colocado al ministro de Sanidad como candidato ha puesto las cosas difíciles a Ciudadanos. La formación naranja es un partido residual si se atienden a las encuestas electorales a nivel nacional. Sin embargo, parece que en Cataluña aún tiene algo que decir aunque se vaya a pegar un batacazo importante. El CIS de Tezanos se ha mojado y augura que Ciudadanos caería del 25,3% de los votos obtener solo entre 13 y 15 escaños con un 9,6% de los sufragios. Esto son malas noticias para la formación naranja, pero también indica que seguirían siendo fundamentales en caso de que se pudiera urdir una mayoría constitucionalista. Y de ese bloque que pretende hacer frente al independentismo, el PSC lo lideraría ganando las elecciones con el 23,9% de los votos (frente al 13,8% que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2017. Es decir, que si Arrimadas apoyaría un bloque constitucionalista, como dice, tendría que apoyar a Illa como president.

Ahora bien, antes de que se celebren las elecciones el 14 de febrero de 2021, llega el problema de cómo decir al electorado que apoyarían a Illa si éste tiene opciones de gobernar. Por el momento, el área de comunicación de Ciudadanos está que echa humo. Trabaja día tras día para que a ningún dirigente del partido se le escape que apoyarían a Illa como president de la Generalitat. El mensaje, que debería ser simple, no lo es tanto en la práctica. Desde la formación están autorizados a decir que apoyarán una mayoría constitucionalista que haga frente al independentismo, pero no que apoyarán a Illa. La lógica dice que es un absurdo, pero no lo es para ellos.

El ala más conservadora del equipo de Arrimadas se irrita al plantearse la posibilidad de apoyar a Illa y sobretodo por los titulares que eso traería consigo. Aún así, es divertido aproximarse a cualquier representante de la formación naranja y ver cómo camina por esa cuerda floja que es reconocer que apoyarán cualquier alternativa constitucionalista a los independentistas catalanes. Un mensaje que aderezan poco después con críticas al PSOE por haber pactado con ERC o EH Bildu a nivel nacional para dejar claro que no van de la mano con los socialistas, aunque les apoyarían.

La obsesión en Ciudadanos por este mensaje es exagerada. Tienen a sus empleados revisando cada url y cada rastro en Google para intentar controlar el discurso que se lance desde el partido en este supuesto. Será por poco tiempo, pues hay quien dentro del partido tira la toalla y considera que Ciudadanos no conseguirá urdir una mayoría suficiente para enterrar a los independentistas. Y menos después de todas las concesiones que ha conseguido ERC del Gobierno central al condicionarlo con sus 13 diputados, fundamentales para formar la mayoría absoluta. Si esto es así, no se verán en la tesitura de apoyar o no a Illa. Pero como el PSC rompa las expectativas (o Ciudadanos) y tengan opciones, otro gallo cantaría.

Ciudadanos cambió de estrategia desde que el presidente anterior, Albert Rivera, dejara el cargo de líder. Esto es, el gabinete de Arrimadas entendió que apostar por conquistar al electorado conservador del Partido Popular no fue una estrategia adecuada y volvió a sus pasos iniciales, los que intentaron conquistar el centro. Sin embargo, Arrimadas no ha renunciado del todo a su tinte conservador y no quiere mostrar un apoyo explícito al PSOE, y menos después de la gestión de la pandemia. Y ni hablemos de si se trata de apoyar o no al ministro de Sanidad, Salvador Illa, a quien la candidata naranja ha criticado hasta la saciedad y sin ningún tipo de control por cómo ha afrontado la crisis sanitaria.

Ahora bien, fuentes de Ciudadanos lo reconocen: apoyarían a Illa si con eso dejaran fuera del poder a los independentistas. El problema es que hay quien dentro del partido naranja entiende que el candidato del PSC prefiere llegar a un acuerdo con ERC en el Parlament con otro objetivo. Vamos, que antes se casarían con los independentistas que con el PP, Vox y ellos. Por lo que aunque aseguran que apoyarían una mayoría constitucionalista, entienden que el PSC no se querrá ver envuelto de esos apoyos.

LA ESTRATEGIA DE SÁNCHEZ

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha prescindido de su político-filósofo porque considere que no le es útil en el Ejecutivo. La estrategia del PSOE pretende condicionar a ERC a nivel autonómico para rebajar la dependencia que tienen actualmente los socialistas en el Congreso de los Diputados; pero para esto, los independentistas de izquierdas deben tener opciones de gobernar y hacerlo de la mano de Illa. 

El miedo en Ferraz es que si los partidos independentistas tienen una mayoría de votos y de escaños en el Parlament, ERC se sienta presionado por formar gobierno con los partidos a los que no aguanta pero que comparten la idea de la independencia. El mejor escenario tanto para los independentistas de izquierdas como para  el PSC sería que ambos consiguieran la mayoría necesaria. Es cierto que ERC perdería capacidad de presión a nivel nacional, pero conseguiría la presidencia autonómica.