Todo sobre la dieta MIND: cuándo se recomienda y qué beneficios tiene

La MIND es una de las dietas más equilibradas que existen. Es una buena alternativa para ingerir todo tipo de alimentos sin caer en los excesos y al mismo tiempo es muy beneficiosa para nuestra salud. Un estudio recientemente publicado en la revista Movement Disorders ha revelado que llevar a cabo la dieta MIND puede ayudar a retrasar la aparición de enfermedades como el Parkinson. Asimismo, hay médicos y científicos que sostienen que este régimen también es adecuado para prevenir el Alzheimer, una patología que afecta a casi 50 millones de personas en el mundo según los datos de BrightFocus Foundation.

Durante muchos años se ha investigado sin éxito como curar el mal de Parkinson. Y aunque no se han descubierto hasta el momento medicamentos que la eliminen por completo, si han encontrado varios métodos para controlarla o demorar su llegada. Uno de ellos es la alimentación. La dieta MIND ha adquirido gran popularidad en los últimos años ya que combina elementos de la cocina mediterránea con la DASH (Enfoques dietéticos para detener la hipertensión). Su gran variedad la convierte en una forma perfecta para comer de todo pero cada cosa en su justa medida. Aquí os explicaremos de que se trata la dieta MIND y cuáles son sus ventajas.

¿Qué es la dieta MIND y que alimentos incluye?

ALIMENTOS DIETA MIND

La dieta MIND es una de las más aconsejadas por especialistas de la neurociencia para prevenir enfermedades cognitivas y para gozar de una buena salud mental. Como hemos dicho anteriormente, es un híbrido entre la clásica dieta mediterránea y la DASH. Su principal característica es la inclusión de alimentos que afectan directamente al desarrollo del cerebro y estimulan su correcto funcionamiento.

Este estilo de alimentación casi no prohíbe ningún tipo de comida, pero si las regula. La Clínica Mayo de Minnesota, Estados Unidos, recomienda comer al menos tres porciones de cereales integrales al día y aumentar al máximo posible el consumo de verduras de hojas verdes. También aconsejan incorporar frecuentemente legumbres, frutos secos y bayas como fresas o arándanos. Respecto a las carnes rojas, la sugerencia es no consumirlas más de cuatro veces a la semana. Pueden ser reemplazadas por pescado o aves de corral. Por otra parte, es mejor reducir la ingesta de dulces y quesos y limitar al máximo posible las comidas rápidas.