La pandemia de coronavirus ha generado una «expansión descomunal de nuevos vulnerables» en la ciudad de Madrid, donde uno de cada 3 hogares se ha empobrecido, y un 28,6 por ciento de los madrileños ha acudido por primera vez a solicitar ayuda a los servicios sociales.
Estos datos han sido dados a conocer este viernes por el director general de Innovación y Estrategia Social, Héctor Cebolla, durante la presentación del informe ‘Diagnóstico Social de la crisis por Covid-19’, donde ha alertado de que hasta 75.000 hogares madrileños recurrieron a solicitar ayuda desde el inicio de la pandemia.
En cuanto al perfil de solicitante, predominan las personas jóvenes y en concreto aquellos que tienen menores a su cargo. Del total de solicitantes, un 32 por ciento eran personas de procedencia extranjera.
Se trata de datos recogidos en el mes de octubre, que la vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha definido como «desoladores» y ha vaticinado que los próximos «serán peores» después de que la «primera emergencia» generase una «necesidad de una ayuda constante de necesidades básicas».
«AYUDA, ALIMENTACIÓN, MENORES, COMIDA»
Si se atiende a las llamadas recibidas en el 010, el teléfono de asistencia del Consistorio, las palabras que más recogieron fueron «ayuda, alimentación, menores, hijos, comida». Así, Cebolla ha puesto de manifiesto que «hay un perfil delimitado, que son familias jóvenes con hijos». «Es una crisis de familia, en muchos casos de familias vulnerables; es decir, mujeres solas con hijos», ha puntualizado.
Muchos de ellos provienen de zonas con gran demanda de servicios sociales, como Carabanchel o Usera, si bien se han detectado «nuevos focos de vulnerabilidad en el distrito de Tetuán, Ciudad Lineal y San Blas». Este empobrecimiento ha sido mayor en los hogares con niños, «que dará como resultado un aumento de la pobreza infantil a medio plazo».
Otra de las consecuencias del confinamiento ha sido en el ámbito laboral. Según se desprende del estudio, el 82 por ciento de las personas aseguraban que su situación laboral «había cambiado». Esto puede referirse a despedidos, ERTES o teletrabajo. Parte de esta anormalidad se recuperó, pero en octubre de 2020, un 42 por ciento «seguía sin trabajar en las mismas condiciones».
Se recoge en el estudio que «el desempleo aún no ha crecido de manera desproporcionada, pero sí ha crecido». Aún así, «solo un 63 por ciento de los hogares ha logrado mantener ingresos» de la misma forma que antes del confinamiento y el comienzo de la pandemia.
MENORES, «VÍCTIMAS SILENCIOSAS»
«Los menores han sido víctimas silenciosas en esta crisis», ha lamentado el director general de Innovación y Estrategia Social durante la presentación de este informe. El confinamiento obligó a que las clases dejaran de ser presenciales para ser online. Un 67 por ciento de los hogares tenían estos medios en exclusiva para que los menores siguieran las clases, un 25 por ciento tenía medios que compartía, pero un 5 por ciento no tenía material.
Además, cuatro de cada 10 familias con menores de 12 años en casa pueden tener problemas de conciliación si no hay clases presenciales. En este sentido, se advierte un «riesgo muy alto», un 34 por ciento, de que los padres tengan que reducir la jornada laboral.
El delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, ha asegurado que «una ciudad como Madrid no tenía datos en relación con lo social, y al final intentaba responder como podía a la pura intuición, pero sin datos y sin ningún dato basado en la evidencia», por lo que «surge la propia dirección de Innovación para dar luz a cuál es la realidad social».
Así se crea el ‘Panel de hogares’, en el que habrá 8.000 familias a las que preguntar. Será estable y se les preguntará puntualmente y se les hará un seguimiento. «Ese panel de hogares, todo este ámbito de encontrar y buscar qué es lo que ocurre en la ciudadanía, es la geolocalización. Esto es lograr que de todos los datos de la demanda, poder saber qué tipo de persona es, qué perfil… y podemos saber el perfil clavado de los demandantes», ha aseverado.