Juan Paulo G.J., hermano de Sinaí Giménez, declara su «inocencia» después de haber sido acusado por la Fiscalía de Vigo –solicita para él nueve años de prisión– por supuestamente irrumpir en mayo de 2019 junto a otro varón en un local de O Porriño donde se estaba celebrando una pedida de mano y haber efectuado varios disparos que hirieron a dos jóvenes.
En un escrito, el letrado de Juan Paulo G.J., que dice hablar en su representación, sostiene que el escrito de acusación «no se corresponde con ninguna realidad existente».
«Es inocente de toda culpa y pedimos su inmediata puesta en libertad, por no mediar ningún medio inculpatorio, así como demostrar que no hay pruebas ni indicios, aunque pudieran ser periféricos, que mi patrocinado fuese autor de algún hecho delictivo o culposo que venga reflejado y refrendado en alguna ley o Código Penal», afirma.
Además, considera «escandaloso» que no se pudiese realizar «ninguna defensa» a su persona desde el inicio de la fase de instrucción.
Con todo, la defensa del acusado defiende la «imparcialidad de la justicia» y recuerda el derecho a presunción de inocencia de Juan Pablo G.J.
A este respecto, Sinaí Giménez asegura –en un tuit a través de redes sociales– «confiar en la justicia». «Todo español y europeo tiene derecho a un instrucción y a un proceso justo, y con todas las garantías constitucionales y derechos fundamentales, y a un juez imparcial y justo con la ley, si no es así, más tarde o más temprano, se anulará y quedará absuelto», opina.
ESCRITO DE ACUSACIÓN
Tal y como consta en el escrito del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron en la madrugada del 19 de mayo de 2019, cuando Juan Paulo G.J. y Rafael G.F., acudieron hasta las inmediaciones del centro multiusos del Ayuntamiento de O Porriño. En el lugar se estaba celebrando una pedida de mano con la participación de familias y allegados del colectivo de los ‘gitanos zamoranos’.
Una vez allí, prosigue el escrito, «con la intención de menoscabar la integridad física de las personas que allí se encontrasen y portando una pistola con calibre 9 milímetros», Juan Paulo G.J., hermano mayor del llamado ‘clan de los Morones’, «se situó en el pasillo de entrada del local y apuntó de forma oblicua hacia el techo y hacia delante, llegando a disparar en varias ocasiones».
Como consecuencia de estos disparos, dos de los proyectiles «rebotaron» impactando en un varón, que sufrió lesiones en un hombro, y en una joven menor de edad, que sufrió lesiones en la cara, precisando ambos intervenciones quirúrgicas y presentando ambos como consecuencia cicatrices y diversas secuelas.
Por estos hechos, la Fiscalía considera tanto a Juan Paulo G.J. como a Rafael G.F. autores de dos delitos de lesiones y un delito de tenencia ilícita de armas. Además, señala que en el caso de Juan Paulo G.J. concurre la agravante de reincidencia, pues en 2014 fue condenado a un año y medio de prisión por un delito de lesiones.