viernes, 13 diciembre 2024

14 años de prisión para el hombre que agredió sexualmente a su hijastra menor

El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de 14 años de prisión impuesta a un hombre de 33 años que agredió sexualmente durante dos años a la hija de su pareja sentimental cuando ella tenía nueve años y en los momentos en los que la madre no se encontraba en el domicilio.

El Alto Tribunal rechaza el recurso de casación interpuesto por la defensa y ratifica en firme que existe «prueba de cargo suficiente» contra el acusado, máxime cuando la declaración que dio la víctima siempre ha estado «corroborada por prueba testifical y pericial adicional» y es «creíble, objetivamente verosímil y convincente».

La sentencia,  califica de «acertada» la valoración de la prueba tanto en primera instancia como en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y confirma en todos sus pronunciamientos el fallo que le condenó como autor de un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años y le impuso, al margen de la pena de prisión, diez años de libertad vigilada.

La Audiencia Provincial de Almería consideró probada la actitud del acusado, quien, «con la intención de satisfacer sus más reprobables instintos sexuales», habría abusado de la menor en diferentes ocasiones y en distintas partes de la vivienda, obligando a su hijastra a tener contacto con él.

Asimismo, apuntó que el hombre atemorizó a la pequeña para que mantuviera relaciones con él mediante amenazas de pegarle, «llegando a hacerlo en varios ocasiones»; por lo que además de la pena privativa de libertad también le impuso una orden de alejamiento e incomunicación de 20 años y el pago de una indemnización de 40.000 euros a favor de la víctima.

El tribunal destacó las declaraciones «tajantes, coherentes y persistentes» de la menor sobre cómo se sucedieron los hechos así como el testimonio prestado por la abuela de la menor, a quien la niña contó lo que ocurría y quien creyó a su nieta, después de que no lo hiciera su madre, debido a que daba «detalles muy específicos» tanto del físico del acusado como sobre las agresiones.

Por su parte, el acusado rechazó las acusaciones y aseguró que se debían a que la niña tenía «celos» de su hermana pequeña, fruto de la relación con su pareja sentimental, si bien el testimonio de la afectada fue respaldado por las psicólogas de la fundación ‘Márgenes y vínculos’ que dieron credibilidad a la menor aunque en ocasiones se contradecía «para proteger a su madre» y «a sus hermanos».

Este aspecto sirvió de peso al tribunal para constatar la credibilidad de la versión de la víctima y la ausencia de motivos que hicieran poner en duda tales aspectos, junto con sus persistencia en la narración de los hechos «de forma constante y coherente».