Consumir uvas puede proteger a la piel de los rayos ultravioleta, según han evidenciado investigadores de la Universidad de Alabama (Estados Unidos) en un estudio publicado recientemente en el ‘Journal of the American Academy of Dermatology’.
De hecho, se cree que los componentes naturales que se encuentran en las uvas conocidos como polifenoles son responsables de estos efectos beneficiosos. Para alcanzar esta conclusión, los expertos analizaron el impacto de consumir uva entera en polvo, equivalente a 2,25 de uvas por día, durante 14 días contra el fotodaño de la luz ultravioleta.
La respuesta de la piel de los sujetos a la luz ultravioleta se midió antes y después de consumir uvas durante dos semanas, determinando la dosis umbral de radiación ultravioleta que indujo un enrojecimiento visible después de 24 horas, la dosis mínima de eritema (MED).
De esta forma, los expertos observaron que se necesitaba una mayor exposición a los rayos UV para causar quemaduras solares después del consumo de uva, y la MED aumentó en promedio un 74,8 por ciento. El análisis de las biopsias de piel mostró que la dieta de la uva se asoció con una disminución del daño del ADN, menos muertes de células de la piel y una reducción de los marcadores inflamatorios que, si no se controlan, juntos pueden afectar la función de la piel y potencialmente conducir a cáncer de piel.
«Vimos un efecto fotoprotector significativo con el consumo de uva y pudimos identificar las vías moleculares por las que se produce ese beneficio, mediante la reparación del daño del ADN y la regulación a la baja de las vías proinflamatorias. Las uvas pueden actuar como un protector solar comestible, ofreciendo una capa adicional de protección además de los productos de protección solar tópicos», han zanjado.