Cosas que debes tener en cuenta antes de comprar un electrodoméstico

La elección de un electrodoméstico nunca es fácil por elevado coste que conlleva. No es equiparable a una vivienda o un coche, pero sí más frecuente. Siempre se intenta buscar producto que dure el máximo tiempo posible sin dar ningún quebradero de cabeza, pero que a la par no supongo un desembolso desmesurado. La lavadora, el lavavajillas o el frigorífico forman parte de nuestra vida diaria y son indispensables frente a las tareas del hogar

Según la Encuesta de Hogares y Medio Ambiente del INE, el frigorífico y la lavadora son los electrodomésticos que más abundan en las viviendas de nuestro país (más del 99%), muy por encima del horno, la campana extractora o el congelador independiente. En cuanto a los pequeños, los más comunes de encontrar son la plancha, el microondas o la batidora.

Tanto si se hace por primera vez como si es por sustitución, a la hora de comprar uno es importante tener en cuenta ciertos aspectos. Por este motivo, la empresa de logística inversa del sector tecnológico, ANOVO, ofrece estos consejos antes de enfrentarse a la compra de un producto de estos:

1) Necesidad: Si bien los electrodomésticos tienen una importancia vital en el día a día de cualquier ciudadano, hay que preguntarse previamente -como en cualquier compra- si de verdad merece la pena realizar la inversión o, incluso, si puede ser reparado antes de adquirir uno nuevo. Es importante también tener claras las prestaciones que debe ofrecer el nuevo modelo.

2) Información previa: Decantarse por uno u otro modelo requiere de un estudio pormenorizado. Para eso, es importante tener en cuenta la propia experiencia (marcas con la que se está satisfecho o insatisfecho), la de amigos o familiares y, por supuesto, las reseñas u opiniones de otros usuarios en internet. En ese sentido, también es recomendable la visita a una tienda para verlo de primera mano, siguiendo siempre las instrucciones sanitarias contra la Covid-19. Los profesionales que atienden en este tipo de establecimientos ayudan a resolver las posibles dudas que le surjan al consumidor.

3) Precio: El desembolso económico es, obviamente, un aspecto clave a la hora de tomar una decisión sobre un producto u otro Para ello, es importante hacer una comparativa en la relación calidad/precio, buscar posibles ofertas, comparar entre distintas tiendas, preguntar sobre una posible financiación o conocer las diversas opciones en los métodos de pago.

4) Ruido: El ruido de los electrodomésticos, como por ejemplo el de la aspiradora o la campaña extractora, puede llegar a afectar la calidad de vida, de ahí que sea un aspecto muy importante a valorar.  

5) Eficiencia energética: Tanto para reducir el impacto medioambiental como para el ahorro del bolsillo, es fundamental conocer la nueva etiqueta energética de los electrodomésticos, que entra en vigor en 2021. A partir de ahora, en la clasificación solo se muestran letras en una escala de la A (el nivel más eficiente) a la G (el menos). Junto a la clasificación, la nueva etiqueta incluye la letra correspondiente al electrodoméstico, un código QR, el dato del consumo anual en kWh y varios pictogramas.

6) Garantía: Hay que señalar que la ley establece un plazo general de 2 años de garantía desde la compra. Si tiene un defecto durante los primeros 6 meses, se considera que es de origen, por lo que el consumidor no debe probar nada para que le apliquen la garantía. En cualquier caso, ANOVO siempre aconseja leer el manual de garantía del fabricante.

7) Reparación: Para cualquier avería, es importante que el usuario sepa que debe ponerse en contacto con el vendedor o, en su defecto, con el fabricante para que asignen la reparación a un servicio técnico de confianza.

8) Reciclaje: En el caso de que compremos un nuevo electrodoméstico de sustitución, hay que pensar qué se hace con el anterior. Existe la posibilidad de regalarlo a alguien cercano o revenderlo, dárselo a la compañía que viene a instalar el nuevo o llevarlo a un punto limpio. Este tipo de productos pueden contener sustancias como el cadmio, mercurio o el plomo, entre otras, que pueden afectar al calentamiento global y, al mismo tiempo, ser perjudiciales para la salud humana.