El ala crítica de Podemos teme que Iglesias se someta al PSOE por mantener «el sillón»

El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se encargó de que las voces críticas dentro de su partido hablaran bien bajo; al menos las que quedaban en las listas. Sin embargo, hay quien a pesar de que reconoce los logros de Iglesias teme que ahora vaya a dejar a un lado su discurso solo por mantener el «sillón». Al vicepresidente se le han presentado dos desafíos que podrían desembocar en una crisis de Gobierno. El primero, que el PSOE ha suspendido la limitación del precio del alquiler para no perjudicar a los propietarios, algo a lo que se había comprometido con la formación morada antes de formar Gobierno. Y el segundo está relacionado con su pareja y ministra de Igualdad, Irene Montero, a quien los socialistas ningunean negándose a apoyar proyectos como la polémica ley trans. Por el momento, Iglesias se queja, pero cede. Y esto hace que sus incondicionales teman que solo lo hace por mantenerse en el despacho.

Iglesias ha criticado mucho la actitud de los socialistas, pero no ha hecho nada nuevo. El vicepresidente segundo del Gobierno ha acusado al PSOE de «tensionar» la coalición por incumplir acuerdos «firmados» por él mismo y por el presidente del Ejecutivo. Esto lo dijo en referencia a la limitación del precio del alquiler, una de las medidas estrella de Unidas Podemos que se ha quedado en el tintero porque el Gobierno ha decidido suspenderla hasta que la situación económica mejore. Sin embargo, llama la atención a los críticos de Iglesias que el vicepresidente no tome medidas más contundentes contra sus socios ante tal «atropello» y deslizan la sospecha de que el líder de la formación morada lo hace por mantenerse en el cargo.

Esta percepción no es exclusiva del ala crítica de Podemos, pues hay exdirigentes que han arrojado exactamente las mismas dudas sobre por qué el vicepresidente se ha mostrado tan comprensivo con la decisión del Gobierno de suspender uno de los puntos a los que se había comprometido para formar el Ejecutivo. El exdirigente de la formación morada Ramón Espinar también se ha sumado a las críticas de la maltrecha disidencia interna y ha expresado su temor a que el sillón pese más que la política y el cambiar la vida de la gente. «No es que haya que romper el Gobierno por narices. Es que no tiene sentido mantenerlo por narices. Si se gobierna con un acuerdo programático que no se cumple, hay que poder revisarlo sin traumas y con tranquilidad. Sin aferrarse a los cargos ni despreciar su influencia», ha comentado Espinar.

A todo esto hay que añadir el malestar que se respira en Unidas Podemos por cómo los altos cargos públicos del PSOE ningunean sistemáticamente a Irene Montero. La ministra ha presentado un proyecto de ley muy polémico que consiste en permitir que los y las jóvenes transexuales de 16 años puedan hormonarse o cambiarse de sexo sin el consentimiento paterno. A esto hay que añadir una batería de decisiones y normas muy polémicas que la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo ha frenado en seco por evitar meterse en jardines complicados. Esto también ha irritado a muchos en Podemos, pero una vez más la reacción de Iglesias ha sido la de guardar silencio.

EL ÚLTIMO DESPLANTE DE PABLO IGLESIAS AL REY FELIPE VI

Hay voces en el Ejecutivo (incluso dentro del PSOE) que aseguran que los socialistas buscan la ruptura con Unidas Podemos, razón por la que se estarían rompiendo los acuerdos alcanzados durante la sesión de investidura, un plan que siempre ha estado en el aire y que se ha activado desde el mismo momento en el que acabaron las elecciones de Cataluña. Estas mismas fuentes apuntan a que la estrategia de Pedro Sánchez pasa por provocar que sea el propio Iglesias quien inicie los trámites para generar una crisis de Gobierno que acabe con el vicepresidente y los suyos fuera del Ejecutivo y gobernar llegando a pactos puntuales con otras formaciones. Pero de momento la realidad es que se rompen por momentos los acuerdos alcanzados y nadie mueve ficha.

Sánchez, por el momento, da una de cal y otra de arena. Al poco de que Iglesias asegurara que el PSOE estaba tensionando el Gobierno de coalición por romper los acuerdos previos, el presidente del Ejecutivo aseguraba que se encontraba muy bien con Unidas Podemos como socio y que se necesitan mutuamente para seguir adelante. Pero lo cierto es que mientras todos estos movimientos en la alta política se suceden, las bases de Unidas Podemos se hartan de ver cómo al final el PSOE hace lo que quiere sin que Iglesias responda de forma contundente.

La pregunta que se hacen en la formación morada es si Iglesias está dispuesto a renunciar a su vicepresidencia por una cuestión ideológica. De no ser así, quien tiene el bastón de mando es el PSOE, y esto es lo que más temen quienes depositaron en su momento su confianza en Iglesias para que presionara en exceso a Sánchez para conseguir que su formación entrara en el Gobierno.

Por el momento, Iglesias solo ha soltado unas declaraciones contra el PSOE y ha tenido gestos como el de no aplaudir al Rey durante el acto que rememoraba el 23-F. Nada más. Respecto a qué hará el partido del indiscutible líder si los socialistas siguen adelante con su plan de ignorar el acuerdo de limitar el precio de los alquileres, aún no hay nada sobre la mesa. Solo tensión. Por el momento, el PSOE asegura que no ha renunciado a dicho acuerdo, sino que lo ha pospuesto de forma unilateral. Veremos que hace Iglesias y si tiene que enfrentarse a más disidencia interna.