Cómo saber de verdad si tu mascarilla te protege del Covid-19

La tercera ola del covid-19, poco a poco, llega a su fin. Tras unos meses duros de 2021 donde la incidencia acumulada superó la barrera de los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, ahora la Comunidad de Madrid es la única que se mantiene en riesgo extremo. No obstante, tras lo vislumbrado en el último año. algo ha quedado claro: no nos podemos relajar.

La vacunación es otro de los factores que, aunado a las medidas restrictivas, ha propiciado que la situación haya mejorado en España. Sin embargo, todo apunta a que en Semana Santa las Comunidades Autónomas seguirán cerradas para evitar un nuevo brote antes de verano. Mientras se podrá seguir acudiendo a las terrazas y celebrando otro tipo de actividades. Pero para ello es importante mantener todas las precauciones posibles, como la distancia de seguridad o llevar la mascarilla.

En este contexto, es importante que nos aseguremos de que nuestra mascarilla de verdad es un arma contra el covid-19. Dräger, empresa líder en tecnología destinada a proteger y salvar vidas, explica las características clave que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una mascarilla. 

Identifica sus materiales: CoolSAFE como tejido diferencial 

No todas las mascarillas que se ofertan ofrecen el mismo nivel de protección ni están fabricadas con materiales que realmente aseguren la protección. Un ejemplo son las mascarillas de tela, que han sido prohibidas para su uso en varios países europeos. Las mascarillas de tipo FFP2 o FFP3 fabricadas por Dräger están hechas con el tejido exclusivo CoolSAFE que, gracias a sus cuatro capas, hace frente a partículas microscópicas y temperaturas desde -30ºC a 70ºC, al mismo tiempo que no irrita la piel y es resistente a la humedad. 

Ten en cuenta cómo se ajusta a tu cabeza 

El correcto ajuste de la mascarilla a nuestro rostro es otro aspecto clave para garantizar que estamos protegidos. Muchas de las mascarillas que más se utilizan se sujetan a las orejas y se deforman cuando respiramos o hablamos con ellas. Esto no es nada recomendable, ya que puede hacer que los aerosoles que transportan el virus se introduzcan por los huecos resultantes de un mal ajuste. 

Para evitar esto, lo mejor, es elegir una mascarilla con sistema de sujeción cabeza-nuca y clip nasal de ajuste, que garantice un perfecto ajuste a la cara, minimizando los riesgos de fuga. Las mascarillas que incorporan este sistema de ajuste, se sujetan en la parte posterior de la cabeza y no en las orejas provocando una sujeción en la cara sin hueco, ni espacios por donde entre el aire.  

Comprueba su durabilidad para una jornada laboral de 8 horas 

La durabilidad de las mascarillas que utilizamos es también un aspecto clave. En este sentido, es importante destacar que podemos encontrar una marca en las mascarillas de tipo FFP que determina su vida útil. En concreto, nos referimos al marcado NR. Esta marca la encontraremos junto al certificado CE y significa que el producto es efectivo durante el tiempo que dura una jornada media de trabajo, establecida en ocho horas. 

¿Cómo diferenciar entre unas homologaciones y otras? 

Durante un tiempo, cuando había escasez de material de protección en el mercado europeo, se permitió la comercialización de mascarillas KN95, el equivalente asiático a las FFP2. Sin embargo, este tipo de mascarillas no cuentan con la homologación europea, ya que no superan exámenes tan exhaustivos antes de salir al mercado y su homologación corresponde al propio fabricante y no a laboratorios externos autorizados para tal efecto. 

Para diferenciarlas y poder elegir una que garantice nuestra protección, debemos asegurarnos de que la mascarilla cuente con el código de la norma UNE-EN-149 impreso, junto al sello de Conformidad Europea (CE), que irá acompañado de cuatro dígitos. Esto garantiza que el producto ha seguido un estricto proceso de fabricación y ha sido homologado por una entidad independiente, que certifica su validez como Equipo de Protección Individual (EPI). 

«La fabricación de mascarillas FFP2 y FFP3 requiere de un alto componente tecnológico. Hay mucho trabajo detrás de ellas. Por ello, existe un número limitado de fabricantes capaces de desarrollarlas con todas las garantías. En Dräger llevamos décadas aplicando nuestra tecnología a este tipo de mascarillas“, apunta el Managing Director de Dräger en Iberia, Dionisio Martínez de Velasco.