Sánchez usó escopetas de balines entre las armas para su ‘show’ de la apisonadora

El evento de la destrucción simbólica de las armas de ETA con una apisonadora sigue dando que hablar. Si bien el Gobierno lo ha planteado como un ejercicio de propaganda política, el tiro esta vez parece haber errado. En primer lugar, por el sonoro plante de todos los ex presidentes convocados. Alegaron que ya tenían la agenda cerrada para cuando les llegó la invitación (cuchillo a Moncloa). Por otra parte, las críticas a las ausencias, no solo de los políticos, sino de los partidos en el Congreso, EH Bildu incluida, así como el acto ‘simbólico’ de Sánchez de arrogarse el mérito del hecho, han oscurecido su propósito. Por último, las redes sociales se han incendiado al entrar al detalle de algunas de las imágenes de las armas: escopetas de balines, piezas hechas añicos… han sembrado de dudas sobre si realmente eran de ETA o era un paripé más.

Según el periodista Luis R. Aizpeolea en una entrevista en La Noche 24, el acto había sido previsto para hace un año, pero la pandemia lo habría retrasado. Hasta que el Gobierno ha decidido que era el momento político adecuado para el Gobierno para presentar su firmeza contra el terrorismo. El acto en sí, ver una apisonadora moler armas incautadas, a ETA y en otras operaciones antiterroristas, no tiene ningún sentido más allá de las intenciones marketinianas y de estrategia política de Iván Redondo y Sánchez.

LA DESTRUCCIÓN DE ARMAS MÁS ALLÁ DEL SHOW DE SÁNCHEZ

Cada año, la Guardia Civil funde, que es como se destruyen todas las armas, todas aquellas incautaciones que ya no tienen ninguna causa abierta. Las que aún no se han cerrado, se mantienen a recaudo a la espera del final del proceso judicial. En los últimos años, la cifra ha aumentado de las 50.000 armas destruidas en 2018 a las más de 86.000 en 2019. En silencio, sin focos, planos ni cámaras. Con apisonadora. Y sin políticos. Y sí, también las de ETA.

«La Guardia Civil, periódicamente, lleva a cabo la destrucción de  armas de fuego de diversos calibres, así como armas blancas prohibidas. Algunas de ellas están implicadas en ilícitos, penales o administrativos y tras el correspondiente procedimiento se determinan su destrucción; y otras, que por cesar sus titulares en el derecho a la tenencia y uso y no haber sido adjudicadas en subastas, tienen el mismo fin. Ello permite que las armas sean reducidas a chatarra mediante un proceso de fundición o  similar», explica una nota de prensa de la Benemérita con fecha de 2019.

De hecho, las armas que se llevaron al acto organizado por Sánchez no sólo pertenecían a las incautaciones a ETA, sino lo recogido e investigado en otros delitos de terrorismo. De ahí que muchos internautas hayan aprovechado las imágenes de las escopetas de caza para cargar contra la pantomima.

¿Utilizó ETA escopetas? Aunque no era el arma habitual, sí hubo atentados donde estuvieron presentes:

El 13 de marzo de 1977, el guardia civil Constantino Gómez Barcia muere en el acto a consecuencia de los disparos de escopeta.

El 22 de octubre de 1978, dos guardias civiles, Luciano Mata Corral, de 58 años, y Luis Carlos Gancedo Ruiz, de 28 años, fallecieron en Bilbao por el disparo de dos comandos con metralletas y escopetas con posta. Un tercer agente, Andrés Silverio, de 25 años, falleció cuatro días más tarde a causa de las heridas.

El 7 de febrero de 1979 se descubría el cuerpo de Vicente Irusta Altamira con tres disparos de escopeta de caza. El acto fue reivindicado por ETA.

El 27 de agosto de 1980, el agente de Aduanas Jesús María Echeveste Toledo recibía tres impactos de bala que no dejaron casillos, por lo que la investigación apuntó al uso de escopetas.

El 5 de diciembre de 1997, el escolta José María Lobato Femia perdió el ojo izquierdo como consecuencia del impacto de dos disparos, uno de ellos procedente de una escopeta.

Asimismo, se tienen constancia de otros actos de ETA en los que se sospecha el uso de escopetas.

LAS ARMAS DESTRUIDAS SON LAS INTERVENIDAS, NO LAS ENTREGADAS POR LOS TERRORISTAS

Sánchez ha justificado el show de la apisonadora y la destrucción de las armas del terrorismo como una victoria de la democracia sobre este. En todas sus formas. Sin embargo, todas las armas que han sido llevadas al acto corresponden a las intervenciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no a las entregadas por la banda terrorista, que tampoco ha entregado aún todo su arsenal. Y quedan aún más de 300 asesinatos de la banda terrorista ETA sin resolver.