miércoles, 11 diciembre 2024

Comisión 8M desconvoca sus actos en Madrid

La Comisión 8M, una de las organizaciones que había convocado concentraciones por el Día de la Mujer en Madrid y en diferentes puntos de la comunidad, ha señalado este lunes que la prohibición de celebrar en las calles este día es «un nuevo acto de invisibilización de las mujeres», pero han decidido desconvocar finalmente sus concentraciones.

Esta entidad había convocado cuatro concentraciones en plazas clave de Madrid, como la Puerta del Sol, Plaza de Cibeles, Glorieta de Embajadores, Glorieta de Carlos V, con restricciones de aforo y medidas de seguridad contra el Covid. Además, tenían previstas acciones de unas decenas de personas en diferentes barrios o municipios.

Una de las portavoces de la organización, Ana Usero, ha negado ante los medios que fueran unas «manifestaciones masivas» o con «aglomeraciones» y ha explicado que estos actos se habían organizado «con un cuidado exquisito» por parte de las mujeres. «Las más conscientes de la importancia de los cuidados y de la responsabilidad social», ha declarado.

A su juicio, la situación de este año requería más que nunca la celebración del 8M, después de un 2020 en el que «las trabajadoras esenciales y cuidadoras han estado sosteniendo el mundo».

«El trabajo de estas mujeres ha permitido que esta pandemia no sea mucho más grave de lo que está siendo», ha indicado, para señalar que las mujeres, en este tiempo, «han parando desahucios», han «creado redes de cuidados», han puesto en marcha «despensas solidarias», pedido «regularización inmediata» para las migrantes en situación irregular, y «defendido la Sanidad», entre otras cosas.

ADAPTACIÓN Y OTRAS OPCIONES

Para Usero, este trabajo ha sido «boicoteado, insivibilizado y discriminado» mientras la Comunidad de Madrid «cierra centros sociales esenciales» o «la Administración no ha podido crear un decreto firme». También ha criticado que el Ingreso Mínimo Vital se haya denegado «al 75%» de los que lo habían solicitado o que, no se haya conseguido «en este año de pandemia las trabajadoras del hogar tengan los mismos derechos laborales que el resto de trabajadoras.

Y en este contexto de invisibilidad del trabajo femenino, de discriminación absoluta, es como leemos la prohibición de la Delegación de Gobierno de Madrid de las concentraciones y actos de los días 7 y 8 de marzo», ha insistido Usero.

En este sentido, su compañera en la portavocía de la Comisión 8M, Marta Carramiñana, ha puesto en valor el trabajo realizado por la organización para «adaptar» las concentraciones a las exigencias de la Delegación de Gobierno. Del mismo modo, ha recordado que, antes de que se prohibieran las marchas, en sus redes sociales ya se proponían alternativas para que las mujeres celebraran el Día Internacional en el contexto «en el que se sintieran más cómodas».

Esto es, ha explicado, a través de streaming, con acciones en balcones o ventanas y animando a las mujeres que fueran a trabajar o tuvieran que salir a la calle a hacerlo con alguna prenda morada.

VANDALISMO

«No hemos hecho una llamada masiva a salir a la calle», ha apuntado la vocera que ha mostrado su indignación por las imágenes vistas este domingo ante el estadio Wanda Metropolitano, donde se concentraron centenares de aficionados del Atlético de Madrid para recibir al equipo sin medidas de seguridad.

Del mismo modo, ha denunciado el «vandalismo» sufrido por varios murales conmemorativos del 8M en barrios y municipios de Madrid. A su juicio, esta «es la consecuencia del discurso del odio» que ha generado la decisión del Gobierno en la capital y, posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) rechazando sus recursos.

Para la también portavoz de esta entidad, Victoria García, este vandalismo no ha sido el único del fin de semana. También ha denunciado que «se ha parado a compañeras por el simple hecho de llevar una camiseta morada». «Es irresponsable que nos hagan esto a las mujeres», ha lamentado, para insistir en que son ellas las que «más cuidan» en la sociedad y las que «más se han expuesto en esta pandemia».

Para García, la situación vivida este 8M es «tratar a las mujeres de manera discriminatoria, infantilizar y quererlas tener calladas y sumisas en el día de hoy». Aún así, ha celebrado que las mujeres de Madrid estarán presentes en otros actos que se celebren en el resto de España y que sí están permitidos.

MANIFIESTO SOBRE LA MUJER EN LA PANDEMIA

La Comisión 8M ha trasladado a través de sus redes sociales y los medios de comunicación el manifiesto que tenían previsto leer en los actos que habían convocado en esta jornada y que se centra en la situación de la mujer durante y después de la pandemia.

«Este 8 de Marzo salimos para visibilizar que somos esenciales, porque somos las que hemos seguido construyendo y sosteniendo de forma colectiva a pesar de la pandemia», señala el texto, en el que se recuerda que, ante «una nueva crisis mundial», el camino de la lucha feminista «es más evidente que nunca».

Así, advierten de que ni la salud, ni los derechos, ni el futuro de las mujeres «van a volver a una normalidad que los asfixia a la vez que les explota». «El capitalismo ha instalado entre nosotras la precariedad, ha destruido lo común y lo público y nos arrebata derechos y libertades», declaran.

En este sentido, declaran que los trabajos esenciales que han realizado las mujeres durante la crisis sanitaria «deben estar en el centro de un nuevo modelo económico corresponsable desde el Estado, las empresas y los hombres», que «proteja» las vidas de las mujeres y «la dignidad de las personas cuidadas».

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Por otra parte, destacan que, durante el confinamiento «muchas mujeres» han tenido que convivir con sus maltratadores y que las limitaciones de movilidad y el aislamiento han llevado al aumento de las violencias, por lo que hay víctimas que han vivido «situaciones de especial vulnerabilidad e incertidumbre». Es por ello, que exigen «vidas libres de violencias».

El manifiesto también reclama que «se deje de patologizar» las emociones de las mujeres, el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), garantías para los derechos de las personas presas y políticas que favorezcan la recuperación del medio ambiente, antirracista o que prohíban los desahucios.