¿Debes fiarte de las primeras impresiones en una primera cita?

¿Alguna vez has tenido una primera cita? Si has vivido ese momento, seguro que recuerdas los nervios, las preguntas incómodas por no saber qué decir, o la incertidumbre por saber si la otra persona es en realidad o no lo que parece. Realmente, lo que siempre buscamos se puede resumir en dar una buena impresión y también interpretar de la forma adecuada las claves que nos lanza nuestro compañero o compañera.

Aunque parezca mentira, sí que es cierto eso que dicen de «no hay una segunda oportunidad para dar una buena impresión». Es importante, por tanto, conocer todas las señales a la hora de dar el paso y determinar si es nuestra pareja adecuada. Con el objetivo de saber si lo estamos haciendo bien, la Universidad McGill, en Canadá, ha desarrollado un interesante estudio.

Si tienes ganas de ponerte a prueba, descubre si debes fiarte de las primeras impresiones en una primera cita.

El objeto del estudio: primeras impresiones en una cita

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Parece que el tema de la primera cita da para mucho y ya son bastantes los estudios que se han realizado al respecto. En algunos de ellos, se consiguió demostrar que las personas tendemos a formarnos unas impresiones claras de las personas que conocemos en ese primer encuentro, así como en otros fortuitos y casuales.

Tenemos ejemplos de ello en conversaciones que podemos mantener con compañeros de trabajo o de clase, así como con individuos que acabamos de conocer. Sin embargo, en esta ocasión, la Universidad McGill ha decidido ir un paso más allá y ha optado por intentar descubrir si eso mismo sucede en el plano romántico.

Cuando hablamos de un encuentro entre una posible pareja, las expectativas suelen ser mayores que las que tenemos cuando lo hacemos de una conversación entre dos personas que trabajan juntas. El momento de presión es uno de los mayores que sufrimos y de ahí que haya una intención mayor en que el encuentro se desarrolle de buena forma y conseguir conocer lo máximo de la otra persona. No queremos que haya lugar a dudas sobre si debe ser o no el comienzo de una relación romántica.

Así se realizó la investigación

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Para llevar a cabo este estudio, que ha resultado determinante en muchos aspectos, participaron 372 personas. Lo que debían hacer era tener una cita rápida con otras personas dentro de la ciudad de Montreal. Además, es importante destacar que el experimento duró desde el año 2017 hasta el 2018, por lo que los comportamientos que se estudiaron fueron diversos.

Los individuos que participaron, así como una persona de su entorno familiar o un amigo cercano, tuvieron también que rellenar un cuestionario, antes de someterse a la investigación, para que los artífices de la misma pudieran tener una idea de cómo era la personalidad de cada uno de ellos.

Aquí comenzó todo. Después, comenzaron a darse los encuentros entre las distintas personas, que sucedían en un corto espacio de tiempo de tan solo cinco minutos. Después de haber conocido a su interlocutor, los individuos tenían que volver a rellenar un cuestionario calificando a la persona que habían tenido delante. Sí, solo cinco minutos debían hacer falta para llevarse una impresión, buena o mala, del otro.

Algunas primeras impresiones en una cita son más fiables, según la persona

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En la mitad de ocasiones, una de las cosas que consiguieron los investigadores fue conocer que los individuos sabían descifrar la personalidad de su cita. Sin embargo, es importante recalcar que algunas personas resultaron más fáciles de conocer que otras. Aquellas que se calificaron a sí mismas como personas con bienestar, alta autoestima y satisfacción con sus vidas, facilitaban la tarea de su interlocutor.

Gracias a esto, los artífices del estudio lograron determinar que hay personas que son más fáciles de descifrar que otras, incluso en una cita de tan solo cinco minutos de duración. No obstante, después de averiguar esto, cabía hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué? De acuerdo a la opinión de los expertos, existe una posible explicación clara.

La razón podría estar relacionada con que esas personas, al ser más seguras de sí mismas, consiguen presentarse de forma mucho más eficaz. Es decir, se sienten cómodas en su propia piel y eso es lo que son capaces de trasladar a los demás. Se presentan como individuos auténticos, que no tienen miedo de mostrarse tal y como son. De hecho, en las investigaciones anteriores también se había llegado de forma previa a tal conclusión.

La comodidad facilita mucho las cosas

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Además, otra parte interesante de la investigación es que se llega a la conclusión de que las personas que se pueden percibir con más detalles también son capaces de sentir un mayor bienestar. Es decir, el sentimiento se retroalimenta. De hecho, fue tal el interés que despertaron algunas de las premisas que los investigadores quisieron seguir explorando ciertos campos, con el objetivo de conocer por qué las personas que se sienten más cómodas son más fáciles de leer.

Con esta premisa, otro de los objetivos es poder profundizar aún más en las consecuencias que provocan las primeras impresiones en una primera cita si estas se averiguan de forma precisa. Además, también se desea estudiar cómo varía el interés romántico de acuerdo a las mismas. Si alguna vez has tenido una primera cita, estarás de acuerdo con el estudio, así como con los investigadores, que a veces es complicado determinar cómo es una persona en un espacio tan corto de tiempo.

Sin embargo, si una conclusión se ha sacado en claro es que no hay nada mejor que hacer sentir cómoda a la otra persona para que ambos os podáis conocer mejor. En caso de que creamos ser personas complicadas de leer, también podemos observar a personas que consideramos más transparentes con el objetivo de imitar sus acciones. En definitiva, sí es posible que podamos fiarnos de las impresiones que nos llevamos en un primer encuentro, y mucho más si en el mismo hemos estado cómodos. A veces, lo mejor es guiarnos por nuestro propio instinto.