La Comisión Europea ha reclamado este lunes a los Veintisiete que acuerden «urgentemente» la reforma migratoria que integre elementos de política exterior, como fondos a los países de origen y tránsito para gestionar los flujos, para incentivar la colaboración en la deportación de migrantes, contemplando la restricción de visados para aquellos países que no la faciliten.
«Hay que poner fin a una política basada en parches que da lugar a los campos de Moria, Calais o la situación en Canarias. Estamos intentando cambiar esto con una propuesta integral. Hay que encontrar un terreno común (…) hacemos más juntos, pero no tenemos un acercamiento cohesionado y por eso estamos trabajando en un consenso europeo que es urgente», ha señalado el vicepresidente de Migración de la Comisión, Margaritas Schinas, tras la reunión por videoconferencia que ha reunido a los ministros del Interior y de Exteriores de la UE.
El objetivo es integrar herramientas de la política exterior de la UE en el enfoque migratorio, como son «medidas de comercio, inversiones, política de visados o becas de estudios», según ha enumerado Schinas, quien ha recalcado que el bloque tiene que pasar de las palabras a los hechos y usar todos los instrumentos a su alcance, también las restrictivas.
Los Veintisiete han expresado durante la cita por videoconferencia su conformidad con este plan, tal y como ha asegurado el ministro del Interior luso, Eduardo Cabrita, que ejerce la Presidencia del Consejo, pero tampoco la reunión ha servido para avanzar en ninguna cuestión concreta.
Tanto Cabrita como el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, han insistido en que ofrecer vías legales de migración tiene que ser «parte de la ecuación». «No podemos considerar tan solo los retornos. Son parte del paquete pero no son los únicos temas presentes en la cuestión migratoria», ha indicado Cabrita , aunque en el fondo una de las claves sigue siendo agilizar el retorno de los migrantes que se encuentran de forma ilegal en Europa.
La UE está de acuerdo en avanzar en acuerdos bilaterales país por país para facilitar la cooperación, sobre todo en materia de deportaciones, pero en esto hay diferencias evidentes entre países como Austria, Dinamarca y Países Bajos que han reclamado actuar ya para negar visados a los países que no colaboren, mientras que otros países como España se resisten a un enfoque con medidas coercitivas y defienden que prime la cooperación.
En este contexto, la comisaria de Interior, Ylva Johansson, sí ha hecho referencia expresa al endurecimiento de la política de visados como respuesta de Europa ante aquellos países que no cooperen. Ha señalado que Bruselas evaluará la situación de colaboración con 39 países y pondrá sobre la mesa medidas en verano para responder ante aquellos que sigan poniendo trabas a la devolución de migrantes.
En los planes de Bruselas no estaría una suspensión que implicara «cero visados» para un país incumplidor, sino modular la política de visados para hacer su tramitación «más restrictiva o más flexible» en función de la cooperación del país en cuestión, según han explicado fuentes comunitarias.
Por parte de España, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, han recalcado que desde la experiencia España apuesta por construir relaciones «integrales» y basadas en la «confianza mutua».
«La única vía para una política migratoria de éxito es invertir a largo plazo en las relaciones con los países de origen y tránsito», ha defendido González Laya, según un comunicado conjunto de ambos Ministerios.
Mientras, el ministro del Interior español ha reiterado que la prioridad para España es la «prevención» de la inmigración en origen, y que para ello es esencial construir «un diálogo permanente» y trabajar codo con codo con los socios africanos.
TURQUÍA, ENTRE LOS NO COLABORADORES
Preguntado directamente sobre la situación en la que quedaría el acuerdo migratorio entre la UE y Turquía de 2016, por el cual el bloque destina 6.000 millones de euros para la acogida de migrantes y refugiados en suelo turco, Borrell ha explicado que este pacto es «clave» y sigue siendo «válido», por lo que debe ser la base para una relación futura.
«Este acuerdo ha producido resultados tangibles, ha reducido la pérdida de vidas, los cruces ilegales y ha mejorado la situación de los refugiados», ha subrayado el Alto Representante. «En el futuro habrá que hacer algún acuerdo de este tipo, este pacto será parte de la futura relación», ha añadido sobre la nueva relación bilateral que busca la UE.
En este punto, Johansson ha apuntillado que Turquía debe cumplir el acuerdo con la UE y abrirse a acoger a los migrantes que llegan a las islas griegas. Por ello, ha avisado que cualquier pacto futuro estará marcado por la situación actual de la gestión migratoria.