Un jurado popular tiene previsto juzgar desde este lunes a un hombre acusado de matar con diez puñaladas a su pareja en Torrox (Málaga) en 2018, a la que durante los 14 años de relación sometió supuestamente a malos tratos físicos y psíquicos «constantes». La Fiscalía solicita que se le impongan 19 años de prisión y que indemnice a los hijos como víctimas directas.
Según las conclusiones iniciales del fiscal, el acusado mantuvo una relación de pareja con la víctima durante ese tiempo, teniendo dos hijos. Durante toda la convivencia ejerció contra la mujer «el patrón de conducta que lo sitúa como sujeto activo dentro del ámbito de la violencia de género», caracterizado «por el uso de la violencia física y psíquica de forma generalizada hacia ella».
De hecho, según la evaluación realizada y consta en el escrito de la acusación pública, «tiene características psicológicas y sociales de riesgo de violencia sobre la mujer», lo que le sitúa como «sujeto favorecedor del ejercicio de la violencia como herramienta de gestión y resolución de los conflictos» en diferentes áreas», sobre todo en la pareja.
En 2012, cuando nació la segunda hija, mantuvo una relación intermitente con la víctima debido a los constantes ingresos en prisión, hasta que la mujer decidió terminar tras denunciarlo por violencia de género por unos hechos por los que fue condenado en 2014. A pesar de eso, sostiene el fiscal, «reanudó su relación de pareja, volviendo a tener el mismo dominio sobre la víctima».
El relato de la Fiscalía alude a que supuestamente la «sometía a sus designios, ejerciendo la violencia como exclusiva forma de relación entre ambos», basándose en el control y cosificación de ella. Además, «transgredía la orden de alejamiento» y «la seguía sometiendo a todo tipo de humillaciones y malos tratos, usando su superioridad como rol aprendido» cuando vivían juntos en Torrox.
Asimismo, según sostiene la acusación pública, supuestamente proyectaba «inferioridad hacia ella como pareja y como mujer», llegando la víctima a pedirle que se fuera de la casa, pero él no lo hacía, al contrario, presuntamente lanzaba objetos al suelo «con la intención de rubricar el temor y la fuerza sobre la mujer cosificada a sus designios».
El día 27 de septiembre de 2018, «tras una fuerte discusión y después de forcejear con ella, le produjo heridas». El fiscal señala que, luego, cogió un arma blanca, en concreto un cuchillo, y, supuestamente, «le asestó un total de diez incisiones, cuatro de ellas en el tórax y seis en la extremidad superior izquierda con distinta afectación a órganos».
La mujer le suplicó: «auxilio, no me mates», aunque todas las heridas fueron graves, siendo la más importante la que le alcanzó el corazón, lo que le provocó la muerte por un shock hipovolémico.
El acusado posee, dice la Fiscalía en sus conclusiones, «un completo y contrastado conocimiento de los hechos y la ilicitud de los mismos», apuntando que «no posee causas psíquicas» lo suficientemente profundas como para afectarle a sus capacidades, según el análisis forense.
Por estos hechos, se le acusa de los delitos de homicidio, quebrantamiento de condena y malos tratos habituales, con las circunstancias que agravan de cometer el hecho por razón de género, parentesco y reincidencia en el caso de los dos últimos, solicitando en total 15, un año y tres años de prisión, respectivamente.
Además, la acusación pública insta a que se le imponga alejamiento y la prohibición de hablar con los dos hijos durante cinco años, como «víctimas directas de la violencia ejercida a la madre» y a que indemnice a estos dos niños y a la hija que tenía de otra relación con 100.000 euros a cada uno, así como con la misma cantidad a otros familiares.