Uno de los jóvenes que estuvo interno cuando era menor de edad en el centro de formación para jóvenes aspirantes a sacerdotes ‘San Pío X’ del Vaticano ha expuesto ante el tribunal del propio Vaticano los episodios de presunto abuso sexual que sufrió por parte de otro compañero seminarista más mayor. Se trata del primer juicio civil por abusos sexuales dentro de los muros que delimitan el Estado del Vaticano.
La víctima, que se ha constituido como parte civil y podrá reclamar indemnizaciones y ha prestado declaración durante más de tres horas, ha explicado que estos episodios sucedían hasta «dos y tres veces por semana».
En el juicio están imputados Gabriele Martinelli, de 28 años, que era seminarista cuando se produjeron los presuntos hechos de abusos sexuales y que se ordenó sacerdote en la diócesis de Como (norte de Italia) en 2017, y Enrico Radice de 71 años, que ejercía de rector de ese centro.
A los dos procesados se les imputan delitos distintos. Martinelli ha sido procesado por haber cometido supuestos abusos sexuales contra otros compañeros seminaristas menores que él, mientras que a Radice, se le acusa de no haber denunciado la acusación y hasta de haber obstaculizado las investigaciones de los hechos.
Según la víctima, el primer episodio de abusos tuvo lugar el primer año que entró en el seminario en 2006. L.G., iniciales a las que responde, ha explicado cómo Martinelli se metió en su cama de noche. «Para mí era algo muy extraño. Era pequeño y nunca había tenido experiencia de ningún tipo con el mundo sexual. En mi casa o en el pueblo nunca antes me habían hablado de sexo. He sentido cierta confusión no sabía muy bien lo que estaba pasando», ha admitido.
Estos episodios se extendieron durante años hasta el 2012 en el seminario ‘Pio San Pio X’ localizado en los jardines del Vaticano, cerca de la casa Santa Marta donde reside el Papa. Las sesiones del juicio se retomarán el próximo 26 de marzo para proseguir con la declaración de los testigos.
Gracias a la ley aprobada por Francisco que en 2019 puso fin al secreto pontificio, el representante legal de la víctima ha tenido acceso a todo el sumario judicial del caso. Hasta esa fecha, las víctimas de casos de abusos sexuales que hubieran presentado denuncia ante la justicia eclesiástica no tenían derecho a saber si se había admitido a trámite la denuncia o si había sido abierto un juicio.
El centro de formación donde supuestamente sucedieron los hechos funciona como alojamiento para jóvenes que suelen ayudar en las misas de los sacerdotes del Vaticano y en ocasiones también en las celebradas por el Papa, por lo que son conocidos como los monaguillos del Santo Padre.
La justicia del Vaticano abrió diligencias en 2017 después de la publicación del libro ‘Pecado original’, del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, en el que denuncia los abusos cometidos en ese seminario entre 2011-2012. Tanto este periodista italiano como Emiliano Fitipaldi fueron absueltos del delito de filtración de documentación reservada de la Santa Sede en un juicio en el que el Tribunal Vaticano constató su falta de competencia jurídica para procesarlos.
En el libro ‘Pecado original’, Nuzzi reprodujo las denuncias del joven polaco Kamil Tadeusz Jarzembowski sobre lo que ocurrió en este seminario y reveló «abusos en su habitación a otro seminarista» que se produjeron «más de 140 veces» por parte de un pupilo del rector «que era mayor que él y que después se convirtió en sacerdote» en relación al sacerdote Martinelli.