El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha realizado un llamamiento a mantener «la tensión» en el cumplimiento de las medidas preventivas contra la covid-19 para que no haya «una vuelta atrás» y se puedan «salvar vidas» en caso de que se produzca una nueva ola de la pandemia. Además, ha advertido de que en Euskadi, para hacer frente a una posible nueva ola, se partiría de «un mayor tensionamiento» en las UCIs que en anteriores ocasiones.
En un artículo publicado en elDiario.es, titulado ‘Rigor y compromiso ante la incertidumbre’, Urkullu afirma que «la imagen de las olas, como fenómeno permanente, unas veces más calmado y otras más virulento y con el riesgo de resacas, simboliza a la perfección la amenaza permanente de la pandemia del coronavirus».
«No se trata, sin embargo, de tomar el ejemplo de manera superficial que nos podría llevar a la interpretación del ‘surfeo’ No, se trata de tomarlo en consideración para reflexionar sobre cómo gestionar este fenómeno y seguir avanzando intentando que los efectos sean lo menos negativos posible», ha advertido.
Tras recordar que, después de una primera ola de la covid-19, que se superó, llegó la segunda con tres picos sucesivos, ha pedido que se «siga actuando con la máxima atención y rigor». «La situación ha mejorado, pero la incertidumbre se mantiene. La predicción es incierta y es difícil adelantar cuál será el escenario en los próximos meses, semanas e incluso días», ha añadido.
El presidente del Gobierno Vasco avisa de que nada asegura que no vaya a haber nuevos ascensos de la curva de contagios y, ante esta «marejada con oleadas sucesivas, lo único cierto» es que está en manos de todos «tomar las decisiones para evitarlo.
A su juicio, este próximo mes, desde la semana pasada hasta la segunda quincena de abril, «va a ser determinante». «El rigor y el compromiso, individual y colectivo es la estrategia más eficaz en la lucha contra la pandemia», insiste.
Iñigo Urkullu cita los factores que «alimentan la incertidumbre», como la extensión de las nuevas variantes, las dudas científicas en torno a la vacuna de AstraZeneca, el estancamiento en la tendencia descendente, el repunte en la tendencia en países del entorno, «y el efecto negativo que pudiera tener la relajación social, incluso en el reconocimiento de contactos posibles de los casos positivos y la necesidad de cumplir con la cuarentena, tras un largo año de pandemia».
CERTEZAS QUE LLEVAN A LA ESPERANZA
Como contrapunto, cree que se cuenta «con certezas» que abren «un horizonte de mayor esperanza», como la vacunación y el que se vaya avanzando en la inmunización de colectivos especialmente vulnerables. «En estos momentos, las personas ingresadas en residencias junto al personal sanitario y socio-sanitario se encuentran inmunizadas prácticamente en su totalidad», recuerda.
En todo caso, apunta que «la gravedad de la situación se mantiene, no solo por el estancamiento en el descenso de los casos positivos detectados, sino también porque el sistema sanitario se está viendo en la actualidad más tensionado que en las olas anteriores». A ello se une «la fatiga creciente que genera la lucha diaria contra una enfermedad que no acaba de remitir».
El Lehendakari recuerda que en marzo la ocupación de camas UCI ha superado el umbral del 35%. «Aunque remita la ola, la situación que deja sigue siendo de alta preocupación. Por esta razón, caso de que enfrentáramos una nueva ola, el punto de partida sería más alto, esto es, de mayor tensionamiento que en el inicio de las anteriores olas», asegura.
Por ello, invita , de nuevo, «al rigor y la cautela en unos momentos en los que crece la movilidad» y se aproximan periodos de vacaciones, «propicios para el encuentro familiar y social con más contacto con personas no habituales».
«Este escenario incluye la posibilidad de una mayor afección negativa de las variantes mutadas del virus. La variante británica, con una prevalencia superior al 65%, se ve acompañada ahora por otras del SARS-CoV-2 que han comenzado a circular en otros países y que pudieran transmitirse también en nuestro caso», añade.
Iñigo Urkullu cree que hay «una única alternativa: evitar una nueva transmisión comunitaria que acabe multiplicando la Tasa de Incidencia Acumulada en muy pocos días», es decir, «mantener la tensión para evitar una vuelta atrás» y, así, salvar vidas.