Luces y sombras sobre el primer año de Alberto Garzón como ministro

La inclusión a última hora de Alberto Garzón dentro del Gobierno provocó la creación del Ministerio de Consumo. El líder de Izquierda Unida reclamó a inicios de 2020 la cuota de su partido dentro de Unidas Podemos, Pablo Iglesias lo entendió y Pedro Sánchez lo aceptó.

Y el primer año de Garzón como ministro ha tenido sus luces y sombras. Quizás su mayor acierto fue conseguir sacar adelante una ‘ley de la publicidad del Juego’ vanguardista y lejana a la del primer borrador que presentó.

EL JUEGO

Garzón se atrevió con la publicidad del juego a pesar del enfado de algunos de los grandes medios del país. Izquierda Unida aseguró que la ley atendía «las exigencias que nos trasladan quienes han soportado hasta ahora la inacción política deliberada ante sus problemas, por un lado, y la impunidad de aquellos que se aprovechan de ello para conseguir jugosos beneficios a costa del bienestar de la mayoría».

La coalición aseguró estar «decididamente a favor del desarrollo económico y los avances en cualquier sector, pero nadie puede pretender hacer negocio a costa de poner en peligro la salud pública, en este caso aumentando gravemente los problemas que genera la ludopatía». 

«Tanto ésta como otros tipos de adicciones tienen una especial incidencia no solo entre los grupos más vulnerables de la clase trabajadora, sino que se dirige premeditadamente y se busca extender precisamente en los ambientes y barrios más desfavorecidos. Sus efectos los terminan pagando las personas jóvenes o aquellas con menos ingresos, cuyos problemas se agravan. La responsabilidad y el trabajo político están ahí para evitarlo», añadieron.

Izquierda Unida puso el foco en algunos datos: «Mientras los fondos dedicados a promocionar el juego a toda costa se triplicaban en los últimos cuatro años, el consumo de juegos de azar entre jóvenes de 18 a 25 años pasaba del 28% de los nuevos jugadores en esta franja de edad en 2017, a aumentar 12 puntos y alcanzar el 40% apenas dos años después«.

SUBIDA DE LA LUZ EN PLENA OLEADA DE FRÍO

La incapacidad demostrada por el Gobierno central para batallar contra la vertiginosa subida de la factura de la electricidad en plena ola de frío ha provocado ríos de tinta por la locuacidad de los hoy miembros del Ejecutivo cuando la luz ‘subía’ durante los mandatos del PP.

Pedro Sánchez aseguró entonces que  «la subida de la luz del 8% prueba el fracaso de la reforma eléctrica de Rajoy, y alerta del riesgo de más gente sufriendo pobreza energética». Pablo Iglesias tampoco se cortaba: «Disparar la factura de la luz un día como hoy solo demuestra la codicia de las eléctricas. Si el Gobierno lo consiente, será cómplice».

Y Alberto Garzón, linchado en el Congreso por su falta de reacción, escribió: «Ola de frío y otro pico de subida del precio de la luz. Hemos pedido a la CNMC que investigue si ha habido irregularidades en el mercado».

El ministro de Consumo aseguró hace unos años que «el gobierno dijo que la luz subiría un 0,9%, luego un 2,8%. Finalmente es más de un 11%. Nos gobierna un partido vasallo de las energéticas». ¿Qué dice ahora Garzón después de que la factura se haya disparado más de un 30% en una primera quincena de enero marcada a nivel meteorológico por la borrasca ‘Filomena’?

Pero más llamativo fue otro tuit del mismo dirigente: «Esta navidad la luz tendrá un precio un 10% superior a la del año pasado. Miles de familias no podrán mantener sus casas a temperaturas adecuadas, lo que repercutirá gravemente en la salud de los que menos tienen. Ningún gobierno decente debería tolerarlo». 

PERFIL BAJO

Garzón ha optado ahora por un perfil bajo. Sin embargo Pablo Iglesias parecía echar balones fuera: «A nosotros lo que nos gustaría tener es una empresa pública de energía. La privatización de Endesa fue un escándalo. Creo que con una empresa pública de energía se podría limitar el oligopolio eléctrico, se podrían evitar situaciones como las de la Cañada Real».

El líder de Podemos aseguró que «es una obligación del Gobierno que se ponga las pilas» y dijo ser «consciente de que una empresa pública de energía no la vamos a conseguir, porque eso lo quiere Unidas Podemos y no el PSOE».