Rovira dice que si la CUP no aprueba su preacuerdo, se volverán a «sentar» a negociar

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha asegurado que si la CUP no aprueba el preacuerdo entre ambas formaciones, que las asambleas ‘cupaires’ y las formaciones asociadas a la candidatura han votado este miércoles y jueves, se volverán a «sentar» a negociar.

«No queremos un mal acuerdo ni un Govern hecho con prisas, hay que trabajar y no poner plazos», ha sostenido Rovira en una entrevista en Catalunya Ràdio, y a un día de que se celebre la sesión de investidura con Pere Aragonès (ERC) como candidato a la Presidencia del Govern.

Rovira cree que si todos los partidos hacen la misma lectura de la situación de Catalunya, con una campaña electoral centrada en la emergencia social y económica, deberían de «ser capaces de encontrar puntos de acuerdo».

Ha asumido que este viernes no habrá acuerdo para investir a Aragonès, aunque en ERC les hubiera gustado, pero ha defendido que toca hacer un «ejercicio de rendición de cuentas» en el pleno y explicar dónde se encuentra cada espacio político.

Para Rovira, el preacuerdo ERC-CUP es un texto vivo y no un documento acabado, y ha emplazado a ambas formaciones a seguir trabajando para ponerse de acuerdo en ámbitos en los que no lo han logrado.

La dirigente republicana cree que para lograr un gobierno estable y solidario hace falta actitud, voluntad política e «invertir horas para encontrar la mejor solución», y que esto interpela a todos los actores políticos, no solo a ERC y Junts.

«Lamentamos que con algunos actores políticos no hayamos podido construir más grupos de trabajo sectorial», y ha añadido que también hay vetos políticos que no entienden y que los republicanos apuestan por una mayoría amplia, en la que les gustaría que estuviesen los comuns.

Ha apostado por recuperar los espacios de trabajo del independentismo, reconstruir la confianza y «abandonar los reproches, sobre todo públicos», preguntada por el papel que debe tener el Consell per la República.

Cree que estos espacios de trabajo deben estar «fuera de presiones públicas y mediáticas», y deben servir para consensuar una estrategia y construir un liderazgo colectivo que responda a la diversidad del movimiento independentista, en sus palabras.