Esta es la verdadera razón por la que Margarita Robles ha rechazado ser candidata en Madrid

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha rechazado ser la candidata del PSOE a las elecciones de la Comunidad de Madrid. A muchos no les ha extrañado nada y a otros les ha parecido el peor error de su vida, pero en cualquier caso, hay una razón que ha desvelado su entorno por la cual Robles ha declinado la oferta de sustituir a Ángel Gabilondo al frente del PSOE en la Comunidad de Madrid. Cuando recayó la oferta en el despacho de Margarita, ella lo primero que hizo fue revisar todas las encuestas. Y al ver que en el mejor de los casos los socialistas ganarían por la mínima, rechazó el puesto. Ella no quiere ser solo diputada autonómica. O presidenta o nada. Y como había dudas sobre las posibilidades del PSOE arrojadas por las encuestas electorales, Robles se enrocó en su torre dorada en Defensa a la espera de que llegue una oferta mejor.

El entorno de Robles destaca que ejercer de presidenta en una comunidad autónoma como la de Madrid no le disgusta nada a la magistrada. El problema es que tiene una edad y no está para asumir riesgos y, sobretodo, no está para convertirse en una diputada más del gallinero para pelearse en la tribuna con políticos que ella considera de segunda línea. Es la ministra de Defensa. Y si deja ese jugoso puesto es por algo que merezca la pena. Cuando se dejó caer la posibilidad de que Robles liderara el PSOE en la Comunidad de Madrid allá por 2020, ella no descartó el juego porque en ese momento la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso estaba en horas bajas. Pero ahora el escenario electoral es algo menos favorable para los socialistas y Robles no se la juega.

Las encuestas arrojan dudas. Y si el PSOE podrá gobernar solo lo determinarán hasta tres partidos más: Podemos, Más Madrid y sobretodo Ciudadanos. Este incierto escenario ha espantado a la ministra de Defensa porque ella ya no está para jugar a ganarse el puesto, sino para que se lo regalen mediante un dedazo. Al mismo tiempo, digamos que los diputados socialistas no tenían intención de convertirse en «margaritos», por lo que el apoyo que tendría la ministra de Defensa dentro de la formación sería limitado. Y eso para alguien que le gusta (y mucho) mandar, es mal asunto.

Robles sí que quería ser presidenta de la Comunidad de Madrid. No lo veía con malos ojos, al igual que tampoco vio del todo mal el que se pudiera plantear la posibilidad de convertirse en alcaldesa de Madrid. El problema es que, o le presentan una candidatura cerrada y hecha, o no querrá saber absolutamente nada de cambios de asientos. Y menos si ello supone abandonar completamente y de forma permanente el Consejo de Ministros al que tanto amor le profesa.

Aún queda la posibilidad de la alcaldía y la de la propia Comunidad de Madrid de cara a 2023. Eso no ha cambiado. Lo que aseguran desde el entorno de Robles es que si las encuestas electorales cambian y se augura una victoria segura del PSOE, la ministra sí que bajará a la Comunidad de Madrid o al Ayuntamiento para fajarse contra el PP en otras elecciones para intentar hacerse con el control de una administración, sea local o autonómica. Ahora bien, si las aguas siguen turbias, Robles no moverá un dedo y seguirá con su plan inicial: fijarse en el Tribunal Constitucional como destino de jubilación.

ROBLES, LA ENTROMETIDA

Hay una razón por la que Robles estará fuera del Gobierno tan pronto como se convoquen elecciones (y ya hay muchas voces dentro del Ejecutivo que ubican la fecha de los comicios anticipados en 2021): que se ha entrometido demasiado en asuntos que ni le vienen ni le van. La ministra de Defensa se ha metido en todo tipo de problemas y ha intentado colocar a perfiles afines en puestos clave generando un conflicto directo con el Ministerio del Interior que dirige su colega (o no tanto) Fernando Grande Marlaska. Este es solo un ejemplo, pues también se ha entrometido en otros asuntos como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En referencia a los problemas con Marlaska, ya fueron públicos cuando el ministro del Interior empezó una purga de altos mandos en la Guardia Civil y en la Policía Nacional. En lo que toca a los que visten de verde, que también dependen del Ministerio de Defensa, Robles se entrometió todo lo que quiso y más porque algunos cargos gozaban de la confianza de la magistrada. Este enfrentamiento no gustó a la cúpula del partido e intentaron frenarlo de raíz, pero el daño ya estaba hecho.

Pero el punto más grave quizás es el de la renovación del CGPJ. Robles es Ministra de Defensa, un cargo que poco tiene que ver con este asunto, el problema es que conoce bien el Consejo y sabe que su futuro laboral pasará por ahí tarde o temprano. Por esta razón, la ministra ha intentado colocar, según detallan las fuentes, a vocales afines y vetar otros para que su vuelta al poder judicial sea más cómoda. Y esto lo ha hecho sin contar necesariamente con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Tal fue la forma de entrometerse de Robles que, tal y como ha podido saber MONCLOA.com, el presidente llamó por teléfono directamente a la ministra y le dio un toque para se estuviera quieta de una vez. Por todo esto, Robles sabe que su aventura militar se acabará más pronto que tarde. Ahora toca tirar de contactos y de relaciones para ver dónde puede aterrizar una vez Sánchez la eche del Consejo de Ministros.