La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha dejado este martes en manos del próximo Ejecutivo catalán la decisión sobre si se debe apoyar que el Parlament desobedezca a los tribunales y tramite iniciativas que pueden conllevar consecuencias judiciales, como inhabilitaciones de los miembros de la Mesa de la Cámara.
Lo ha dicho en rueda de prensa telemática tras el Consell Executiu, después de la polémica provocada por las declaraciones del secretario segundo de la Mesa, Jaume-Alonso Cuevillas (Junts), en las que cuestionaba tener que tramitar propuestas sobre la autodeterminación y la monarquía, lo que ha supuesto que la presidenta del Parlament, Laura Borràs (Junts), haya decidido sustituirle en este órgano.
Budó ha rechazado valorar este asunto porque considera que debe mantenerse la separación de poderes entre el Ejecutivo y la Cámara catalana, y que el Govern «no tiene que interferir a aquello que se haga en el Parlament».
Al ser preguntada sobre si el Govern es favorable a que el Parlament tramite iniciativas que pueden suponer inhabilitaciones, ha contestado que ahora mismo el Ejecutivo está en funciones y no tiene capacidad legislativa, por lo que cree que le corresponde al nuevo Govern concretar qué «pasos a seguir» en la legislatura.
«Corresponde a las negociaciones de los partidos políticos abordar este camino que tiene que abrir el nuevo Govern en la nueva legislatura», ha razonado.
Sobre que todavía no haya un acuerdo para formar un nuevo Govern, Budó ha defendido la necesidad de dejar trabajar a los equipos negociadores de los partidos y ha insistido en que el Ejecutivo en funciones no dejará de trabajar para gestionar la situación actual.
