Los vacunados, los nuevos asintomáticos: así expanden el covid-19

A trompicones avanza la vacunación en España. Mientras que Pedro Sánchez asegura, ahora, que habrá inmunidad de grupo en agosto -adiós a la campaña de verano-, las dudas sobre AstraZeneca y la disponibilidad real de stock suficiente para las vacunaciones masivas está generando un nuevo caos similar al que vivimos hace un año a cuenta de las mascarillas. En el maremágnum de noticias sobre unas y otras vacunas contra el Covid-19, pasa de largo una importante arista: la vacuna no destruye al virus sino que consigue que su efecto sea menor. El coronavirus no ha desaparecido, aunque la inmunización genere esa sensación de final y se ponga el grito en el cielo por los casos de vacunados contagiados. A partir de ahora, lo que habrá que trabajar en identificar son los asintomáticos vacunados, puesto que no desarrollan las patologías asociadas pero sí tienen carga vírica. Los nuevos vacunados serán los supertransmisores.

EL PUNTO CIEGO: ¿PUEDE UN VACUNADO TRANSMITIR EL VIRUS?

Las prisas por tener un tratamiento que frene la mortalidad del virus y el freno a la actividad consiguiente hace que cada día los laboratorios encargados de la fabricación de las vacunas ya autorizadas, como AstraZeneca o Pfizer, y los investigadores, arrojen nuevos datos sobre la efectividad, consecuencias o efectos secundarios. Sin embargo, a día de hoy seguimos en blanco sobre hasta qué punto la vacuna genera nuevos asintomáticos con carga viral del Covid-19, y en específico de las nuevas mutaciones más agresivas como la británica o la sudafricana.

Por ahora, la comunidad investigadora apunta a que sólo el 1% de los reinfectados (curados que han contraído el virus de nuevo) son contagiosos. Esto lleva a inferir que en el caso de los vacunados infectados ocurriría lo mismo. Pero no hay datos concluyentes.

LA FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD

El anuncio de las primeras vacunas generó una ola de sensaciones de fin de la pesadilla/pandemia que no se ajusta a la realidad. Desde los gobiernos también se ha incurrido en festejos y soflamas positivistas lejos de la prudencia. Por ahora, todas las vacunas que han sido aprobadas por las autoridades sanitarias actúan de forma similar a la de la gripe: se minimizan los efectos del virus pero no se elimina ni combate. Es un refuerzo para el sistema inmunitario, una forma de convertirnos en asintomáticos.

Así, los vacunados no son más seguros, ni menos, a la hora de ejercer de contagiadores. De hecho, se asemejan más a los asintomáticos iniciales: no sabes que lo tienes y continúas con tu actividad social. De ahí que los científicos sigan remarcando que va a haber una cuarta ola (la vacunación va muy lenta), y habrá que mantener muchas de las medidas sanitarias actuales. Al menos hasta que toda la población esté vacunada.

Israel, que es uno de los países más avanzados en la inmunización de su población da esperanzas: los casos en mayores de 60 años (con más del 50% vacunados) han retrocedido un 35%, como también han caídos hospitalizaciones (30%) y casos de críticos en UCI (20%).

¿CONTAGIAN MÁS LOS ASINTOMÁTICOS?

Ahora todos los ojos se ponen en cómo actúa la transmisión del covid-19 a través de los asintomáticos, ya que una buena parte de los casos en países como España siguen siendo de este grupo. Uno de los cientos de equipos científicos que están estudiando cómo se producen los contagios desde asintomáticos apunta a que la carga viral de aquellos sería menos potente, y por lo tanto no serían tan contagiosos.

Otra de las dudas que surgen en la sociedad radica en si todas las vacunas tienen el mismo efecto. En marzo de 2021, la revista Clinical Infectious Diseases de la Universidad de Oxford publicaba un estudio sobre la capacidad de las vacunas de Pfizer y Moderna para reducir los contagios entre los vacunados con las dos dosis perceptivas. Dicho estudio apunta a una reducción del 80%, pero ningún otro grupo investigador ha llegado a esas mismas conclusiones. De hecho, algunos virólogos españoles como  Raúl Ortiz de Lejarazu ya han alertado de que los vacunados pueden ser los nuevos asintomáticos y contagiar sin percatarse.