El delirio urbanístico de Javier Fernández Lasquetty con La Paz le podría pasar factura

Fue motivo para abrir una brecha interna dentro del Partido Popular, pero al final el sentido común se impuso a los delirios urbanísticos de algunos dirigentes de la formación. La Comunidad de Madrid quiere reformar el hospital universitario de La Paz. Es necesario y nadie lo discute. El problema es que ha habido consejeros como el de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, que se empeñaron en derruir el viejo edificio para aprovechar el proyecto Distrito Castellana Norte (que prevé levantar una buena parte de zonas residenciales, así como parques y puntos verdes) para meter con calzador el hospital de La Paz. Vamos, que la idea de los consejeros llevados por el delirium urbanístico era la de llevar los 8.000 coches diarios que mueve La Paz a la zona residencial deluxe del norte de la capital. Esta intromisión podría haber pasado más factura a Lasquetty de la que le hubiera gustado ya que se enfrentó directamente con quien ahora va de número dos en la lista del PP: Enrique Ruiz Escudero. ¿Repetirá el titular de Hacienda como consejero? Fuentes del partido no las ven todas con Lasquetty.

Una zona verde, tranquila, con más tráfico que Nueva York; por no hablar de que además la idea era tirar un edificio para levantar otro con el mismo nombre a pocos kilómetros de distancia. Tal fue el delirio urbanístico liderado por Lasquetty que a pesar de contar con el apoyo de otros consejeros (como el de la de Medio Ambiente, Paloma Martín, o la consejera de la Presidencia, Eugenia Carballedo) acabó por sucumbir al sentido común que trajo el consejero de Sanidad,  el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Esta pelea fue en febrero, pero ahora salen a la luz nuevos detalles sobre cómo se abordará la reforma del hospital de La Paz, que será digna de enseñar en cualquier aula de la facultad de arquitectura.

El problema es que esta intromisión de Lasquetty en asuntos que no le competen necesariamente y esta obsesión por aprovechar la coyuntura para otros proyectos megalómanos no ha pasado desapercibida en el Partido Popular y todos dentro del PP de Madrid son conscientes de que este consejero fue más por libre de lo que hubiera gustado. Sobre si repetirá al frente de Hacienda nadie se moja, pero que vaya de número nueve en las listas del PP podría ser una declaración de intenciones. Y que Ruiz Escudero, quien plantó cara al delirio urbanístico de Lasquetty, vaya de número dos en las listas es toda otra declaración de intenciones que no parece augurar que el consejero de Hacienda vaya a repetir. Pero aún es pronto para saber si la remodelación de La Paz pasará factura al consejero que tuvo que dimitir en 2014 tras las protestas de la marea blanca.

Ruiz Escudero trajo consigo una buena dosis de sentido común y vio menos problemático levantar un nuevo hospital donde estaba

Lo que se hará es tirar todos los edificios de la paz a excepción de la torre. El resto se derruirá y se levantará un hospital nuevo. El problema es que cuando Lasquetty se percató de que había esta posibilidad, se le debieron abrir los ojos como en los dibujo animados y empezó a pergeñar un nuevo plan que solo traería problemas. Si se va a tirar abajo ¿por qué no levantarlo en otro sitio y aprovechar el terreno para nuevos delirios urbanísticos? El problema es que Ruiz Escudero trajo consigo una buena dosis de sentido común y vio menos problemático levantar un nuevo hospital donde estaba y no llevar esos 8.000 coches que mueve La Paz al día a otra zona que no fuera al distrito de Castellana Norte, que era el plan de Lasquetty.

El consejero de Hacienda no solo consiguió entonces ponerse en contra a los técnicos de la consejería de Sanidad, sino que también provocó que Ciudadanos en bloque se negara a sus pretensiones. Que la formación naranja se plantara frente a Lasquetty tampoco tiene mucho valor dado que el exvicepresidente Ignacio Aguado aprovechaba cualquier coyuntura o crisis interna para diferenciar el criterio de la formación naranja. Si PP dice blanco, Aguado dice negro por molestar, pero este no es el tema. Pero el choque que importa no es el de Ciudadanos-PP, sino el de Lasquetty-Ruiz Escudero.

ruiz escudero

El consejero de Sanidad es ahora uno de los más reconocidos del gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Es evidente que la pandemia le ha obligado a convertirse en una pieza esencial (y mediática) del gobierno autonómico, pero también su gestión y su forma de controlar la pandemia permitiendo respirar la economía le ha validado hasta el punto de que Ayuso ha entendido que la mejor posición para él era la de número dos en las listas. Ahora no hay nadie en el partido que niegue que Ruiz Escudero tiene peso y capacidad de decisión. Tanto que a Lasquetty le podría pasar factura el haberle plantado cara en un tema que tampoco le era de capital importancia.

Las quinielas apuntan a que si el PP consigue que den los números para gobernar (sea solos o sea de la mano de Vox), Ruiz Escudero repetirá al frente de la Consejería de Sanidad ya que es a la que menos reproches se le ha hecho. Que fuera de número dos ha despertado alguna que otra especulación sobre un posible nuevo cargo, pero las fuentes del partido deslizan que si la vicepresidencia es también para el PP, quien es consejero de Interior y Justicia, Enrique López, podría hacerse con el puesto.

RUIZ-ESCUDERO, EL GESTOR QUE MIRÓ A RUSIA

El Gobierno de la Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de Sanidad, exploró la posibilidad de comprar la vacuna rusa Sputnik ante “la inoperancia del Gobierno”.

Así, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, mantuvo una reunión el 11 de febrero a petición de esa firma. Escuchó sus planteamientos ya que esta vacuna estaba prevista que se fabricase en Galicia y querían conocer la situación de vacunación a nivel nacional y autonómico, según ha adelantado ‘ABC’ y confirman  fuentes del Ejecutivo autónomico.

Asimismo, la Consejería de Sanidad ha mantenido otras dos reuniones con otros representantes de la vacuna rusa para “explorar el mercado internacional y tener todas las posibilidades abiertas en el futuro en la lucha contra la pandemia, siempre dentro del marco nacional de vacunación”.

De hecho, la idea era “facilitar un preacuerdo de compra beneficioso para todo el Sistema Nacional de Salud y en condiciones equitativas para todos los españoles”. Su objetivo era “ganar tiempo de negociación” a la espera de su aprobación por la Agencia Europea de Medicamentos.