Comienza el juicio contra el autor confeso del crimen machista de Laredo

La Audiencia Provincial de Cantabria juzga esta semana al autor confeso del crimen machista registrado en Laredo a principios de 2019, para el que la Fiscalía pide 28 años de prisión.

El juicio comienza este lunes a las 10.30 horas con la constitución del jurado popular y se prevé que concluya el viernes 16, con la confección del objeto del veredicto y entrega a los miembros del tribunal.

La declaración del procesado está prevista mañana martes, jornada en la que también declararán parte de los testigos. El resto de la prueba testifical se desarrollará el miércoles junto a la pericial forense, en tanto que las de la Guardia Civil y del Instituto Nacional de Toxicología están fijadas para el jueves.

Después será la documental, conclusiones e informes, finalizando el viernes 16 con el veredicto. Todas estas sesiones comenzarán a las 9.30 horas.

Este caso fue el primer crimen por violencia machista de España de 2019. Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada del 3 de enero de 2019 en el piso de la joven, ubicado en la Plaza Rosario Ochandiano de Laredo.

El acusado, de 29 años y natural de Ecuador, asestó a la joven una veintena de puñaladas con dos cuchillos: uno que se llevó de la cocina de un bar de Laredo donde había estado con ella antes de los hechos, y otro que cogió en el piso de la chica, en el que residían otras dos compatriotas de la víctima que intentaron, en vano, frenar la agresión.

Según el escrito del fiscal, «motivado por los celos y la ruptura de la relación», tras abandonar ella el bar él cogió un cuchillo de cocina del establecimiento «que escondió en la manga de su sudadera» y la siguió hasta su domicilio.

Cuando llegó, llamó «insistentemente» al timbre y también por teléfono, negándose la mujer a que subiera «ya que no tenía nada que coger de su casa».

Ante la insistencia y «para evitar el escándalo que estaba provocando», la mujer abrió la puerta del portal para que pudiera recoger un ordenador que le había dejado en el descansillo, al lado de la puerta de entrada de la casa.

Una vez allí mantuvieron una discusión y se dirigieron al cuarto de la mujer, donde el hombre «de forma sorpresiva y sin que ella pudiera defenderse, comenzó a asestarle varias puñaladas con el cuchillo» en la zona del estómago y un costado, «llegando a romperse el cuchillo como consecuencia de la fuerza y violencia ejercida». Una vez en el suelo la mujer, el acusado comenzó a darle patadas y puñetazos mientras le insultaba.

Las compañeras de piso de ella acudieron a la habitación e intentaron sujetar al acusado, «no logrando su propósito». El hombre entonces se dirigió a la cocina, «donde cogió un cuchillo de grandes dimensiones», y regresó a la habitación de su expareja, quien se había encerrado empujando la puerta.

Las otras dos mujeres trataron de calmarlo y cogerle el cuchillo, «llegando incluso a sujetar la manilla de la puerta para que no pudiera entrar, momento en el que el acusado se giró hacia ellas, apuntándoles con el cuchillo». Ante el temor infundido, se encerraron en su cuarto y llamaron al 112.

Entonces el acusado venció la resistencia de su expareja sobre la puerta para evitar que entrara en la habitación, accedió a la misma y tras decirle que iban a hablar y mantener un pequeño forcejeo le propinó «varias puñaladas por la espalda y diversas partes del cuerpo, consciente de que con sus reiterados ataques aumentaba el dolor de la víctima».

La mujer solo pudo arrastrarse hasta la puerta de la habitación «mientras la continuaba acuchillando, instante en el que el acusado tiró el cuchillo al suelo y estuvo dando vueltas por la casa».

Finalmente, el acusado regresó donde yacía moribunda la mujer propinándole otro golpe, según señala el escrito de calificación fiscal, que precisa que cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil la mujer no presentaba ninguna constante vital y había fallecido como consecuencia de 29 lesiones producidas por arma blanca.

DELITOS Y PENAS

El ministerio público pide 25 años por asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de género y parentesco, y otros tres años más por amenazas a las compañeras de la joven a la que apuñaló.

Además, la Fiscalía solicita para la hija de la víctima una indemnización de 120.000 euros y para la madre de 60.000 euros.

El Gobierno de Cantabria y la Asociación Clara Campoamor, personados como acusación popular, han solicitado 30 años de cárcel para el acusado, 25 por asesinato y cinco años más por amenazas, el máximo previsto para estos delitos.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la madre de la víctima, ha solicitado 23 años y nueve meses de cárcel por asesinato, además de penas accesorias de alejamiento y prohibición de comunicación, y una indemnización de 72.000 euros.

Todas las acusaciones consideran que hubo «alevosía y ensañamiento», dado que el acusado asestó a la joven una veintena de puñaladas, y solicitan la aplicación de las agravantes de parentesco y género.

Por su parte, la defensa alega como atenuantes la confesión y haber actuado en estado de arrebato y pide 15 años.