La vacuna AstraZeneca lleva varias semanas creando un enorme revuelo a causa de sus efectos secundarios. Tras suspenderse temporalmente su administración, la Agencia Europea del Medicamento se pronunció para reconocer que, efectivamente, el fármaco Vaxzevria, componente principal de dicha vacuna, está relacionado con la aparición de la trombosis de senos venosos. Sin embargo se ha concluido que los beneficios que aporta en lo que se refiere a protección contra el SARS-CoV 2, superan a los riesgos, por lo que se ha seguido adelante con los procesos de vacunación, dentro de un ambiente de confusión y reticencias por parte de algunos gobiernos y de muchos ciudadanos.
LA ESTADÍSTICA DE LA VACUNA ASTRAZENECA
Los datos estadísticos reflejan que los casos de tromboemoblismos son muy raros, con una cifra inferior a 1 por cada 10.000 personas vacunadas. Hasta ahora el porcentaje de pacientes han registrado algún tipo de problemas vasculares que hayan derivado en la aparición de trombos, tras la primera dosis, no sobrepasa el 0,025 de cada 10.000 vacunados, o lo que es lo mismo: un caso de tromboembolismo tratable por cada medio millón de personas vacunadas. En el caso de fallecidos la cifra baja aún más, y según datos publicados por la EMA, se han notificado 18 fallecidos de 34 millones de personas vacunadas con AstraZeneca. Es decir, 1 caso mortal de cada 2 millones. Viendo estas cifras, parece más claro que el alarmismo se ha descontrolado, una reacción que extraña cuando entre nuestro botiquín habitual existen otros medicamentos con efectos secundarios más preocupantes y que sin embargo consumimos con bastante frecuencia.
