Belarra dice que los católicos son «principales interesados» en que se conozcan los casos de violencia sexual a niños

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha señalado este jueves que los católicos son los «principales interesados» en que se conozcan los casos de violencia sexual hacia los niños y que «no siga existiendo complicidad» dentro de la Iglesia Católica.

Así lo ha sostenido en una entrevista en Cadena Ser, después de que la nueva ministra haya defendido el proyecto de ley orgánica de protección a la infancia y a la adolescencia ante la violencia, que ha pasado el primer examen en el Congreso, frente una «Iglesia católica que ha sido cómplice demasiadas veces con la violencia sexual hacia los niños».

Belarra ha aprovechado la ocasión para reafirmar sus palabras en la Cámara Alta, aunque ha reconocido que el Papa Francisco «es uno de los que se ha tomado en serio este tema» y que, «a pesar de las críticas» que ha recibido, «es uno de los que ha puesto el cascabel al gato».

«Yo lamento profundamente tener que decir esto, pero mientras sigamos teniendo instituciones o gente que es cómplice, que oculta la violencia hacia la infancia pues no vamos a poder avanzar», ha insistido la titular de Derechos Sociales, al tiempo que ha enfatizado que su labor como ministra es «decir la verdad» y «afrontar los problemas».

Por otra parte, ha justificado que el gran apoyo que ha recibido la ley por parte de los grupos parlamentarios del Congreso se debe a la urgencia de la misma. «Necesitamos un cambio cultural», ha señalado acto seguido, para después añadir que le gusta comparar esta ley con la ley contra la violencia de género ya que esta mandó un mensaje «muy importante a las mujeres» para que la violencia no se quedara en casa. «Ahora tenemos que hacer lo mismo con los niños», ha apuntado.

Sobre la edad que contempla la ley para ampliar la prescripción de los delitos y acabar con la impunidad, la ministra ha explicado que han tenido «un debate muy intenso sobre el equilibrio», pero que, según los expertos, «puede servir» para el objetivo que se plantean porque, en sus palabras, suele ser a finales de los 20 o 30 años cuando te das cuenta de lo que ha pasado.

Con todo, Belarra ha reconocido que es una ley que no está acabada, «que es dar un paso adelante y queda camino por recorrer». Asimismo, se ha mostrado abierta a estudiar aspectos como la reparación a todas las víctimas o la figura de un Coordinador de Protección en los centros de protección a menores, aunque ha precisado que el Ministerio va a trabajar en el acogimiento familiar como alternativa por ser este un «espacio mucho más feliz» para los menores.