Norber Feher, alias Igor ‘El ruso’, acusado por el triple crimen de Andorra, no tiene sentimiento de culpa ni empatiza con sus víctimas y presenta una gran frialdad emocional, según los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que han expuesto su informe en el juicio que se celebra la Audiencia Provincial de Teruel, y a los que incluso les llegó a decir lo siguiente: «Soy rápido, conozco la anatomía humana, sabía donde les disparaba».
Feher, presunto autor de la muerte del ganadero José Luis Iranzo, y de lo guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Romero, hechos ocurridos el 14 de diciembre de 2017, comentó a los forenses María Dolores Ramón y Gustavo Sierra que le evaluaron: «La muerte es inevitable, esas personas tenían que morir y yo era el instrumento más adecuado para hacer eso».
Igor ‘El ruso’, nacido en Serbia, tiene estudios de ingeniero agrónomo y también había estado trabajando en actividades paramilitares, según trasladó a los forenses. Su conducta no es compatible con patologías mentales, ni con trastorno bipolar ni psicótico, presenta una gran frialdad emocional, no sufre ansiedad, depresión, ni trastornos de ánimo, y cuando ocurrieron los hechos negó haber percibido ningún tipo de amenaza, aunque conocía que estaba siendo buscado por la Justicia, según se desprende del informe.
Su actuación no deriva de un delirio o psicosis, es reflexiva y deliberada, no obedece a la necesidad de defenderse sino que es él que decide el ataque. Cuando vio que José Luis Iranzo se acercaba a su finca, el ‘Mas del Saso’ y cuando llegaron los guardias civiles al ‘Mas del Zumino’ pudo haber optado por esconderse o por salir huyendo, pero eligió atacar de forma sorpresiva, por la espalda.
Feher manifestó que unas tres horas antes de los hechos se bebió siete u ocho cervezas. Su actuación fue rápida y certera, de ninguna manera compatible con intoxicación etílica, y disparó con ambas manos –es ambidiestro– a dos agentes de la Benemérita.
Tras haber matado a las tres personas, él contó que se tomó dos cervezas, tuvo un accidente con el vehículo que había sustraído a Iranzo, quedando algo conmocionado, se durmió y fue detenido.
El acusado es capaz de valorar la realidad perfectamente, no tiene alterada su capacidad cognitiva, su conducta es reflexiva y optó por atacar directamente, causando lesiones en zonas de riesgo vital. «He sido entrenado para atacar, sin tengo que actuar, actúo», aseguró a los forenses durante su evaluación.
«EL PERFIL MÁS PELIGROSO»
Por su parte, dos psicólogas del IMLA han encontrado en la personalidad de Norbert Feher dos trastornos, uno narcisista y otro antisocial. «Él tiene una imagen de que es imbatible, es el mejor, no cambiaría nada de si mismo; se siente poderoso y no tiene en cuenta las consecuencias de sus actos ni tiene sensibilidad a un castigo». Asimismo, desconfía de los demás y se rige por la ley del más fuerte».
Ha agregado la psicológa Cristina Andreu que «da el perfil más peligroso, es un psicópata primario, utilizará toda la violencia instrumental que sea necesaria para conseguir en un momento dado lo que pretenda». Es totalmente imputable, responsable de sus actos, es enérgico, carece de empatía, frío en sus objetivos, muy racional, con una inteligencia media-alta, manipulador e incluso seductor».
Las psicólogas han subrayado que Feher es un «gran defensor de su reputación», y durante el encuentro que mantuvieron con él se enfadó mucho cuando pusieron en cuestión que fuera tan bueno. Además, al igual que en la evaluación psiquiátrica, se ha descartado que el acusado padezca estres postraumático por alguna causa.
POR LA ESPALDA
Feher disparó dos veces contra José Luis Iranzo; cuatro disparos recibió el agente Víctor Romero y siete su compañero Víctor Jesús Caballero. Todos ellos sufrieron lesiones de gravedad, que provocaron hemorragias internas y externas. «Afectaron a órganos vitales, fueron muertes rápidas e inevitables sin posibilidad alguna de reanimación».
Uno de los disparos alcanzó en el corazón a Iranzo, y el otro en el brazo izquierdo, y no se han encontrado lesiones de defensa, Feher disparó de forma sorpresiva.
Los dos agentes del Equipo ROCA fueron disparados por la espalda, sin dejarles Norbert Feher capacidad para reaccionar ni de defenderse, y en lugares donde no les cubría sus chalecos antibalas. Cayeron al suelo y después recibieron otros disparos a una distancia de unos 35 centímetros.