La CNSE pide al Gobierno garantizar el acceso del alumnado sordo a la educación en lengua de signos

La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) se ha sumado a la denuncia hecha por la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD) acerca del incumplimiento de los derechos educativos del alumnado sordo durante la pandemia, pidiendo al Gobierno que garantice el acceso del alumnado con discapacidad auditiva a la educación en lengua de signos.

A través de una declaración pública, la WFD ha puesto de manifiesto que «la infancia y la juventud sorda carecen de acceso a una educación bilingüe de calidad en las lenguas de signos nacionales, y que sus familias tampoco cuentan con apoyo para aprenderlas».

«El cierre de muchas escuelas y la transición hacia un aprendizaje virtual ha dejado atrás a millones de alumnas y alumnos sordos que no cuentan con acceso a Internet», expone.

Más allá de la brecha digital que afecta a buena parte de la población sorda mundial, la entidad acusa una «patente falta de recursos adaptados a las necesidades comunicativas de estos estudiantes».

En este sentido, alude a normas internacionales como la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad o la Convención sobre los Derechos del Niño, que instan a los gobiernos a garantizar el acceso del alumnado sordo a la información y a la educación en las lenguas de signos nacionales.

«La presencia de profesorado cualificado que domine estas lenguas y de materiales didácticos visuales y accesibles en lengua de signos y subtitulado son condiciones ‘sine qua non’ para evitar situaciones de privación lingüística y maximizar su rendimiento académico antes, durante y después de la COVID-19», asegura la Federación.

Otro aspecto al que apunta la legislación es la necesidad de proporcionar a los padres con hijos sordos servicios que apoyen las tareas de crianza, incluyendo la enseñanza gratuita y completa de la lengua de signos incluso mediante visitas a domicilio cuando las circunstancias lo requieran. «El desarrollo lingüístico, social y emocional de estos niños viene marcado por su entorno familiar y por su interacción con otras personas sordas, como profesores o compañeros de clase», explica la WFD.

En esta línea, la Federación Mundial de Personas Sordas se ha mostrado favorable al fomento de actividades interactivas accesibles como alternativa al contacto presencial, si bien ha advertido de que la infancia y la juventud sorda son colectivos especialmente vulnerables al abuso y la explotación online, por lo que considera que «tanto el profesorado, como los propios alumnos y sus familias necesitan directrices claras sobre un uso seguro de las redes sociales e Internet».