El turista norirlandés fallecido tras una agresión en Magaluf murió por una complicación

El turista norirlandés fallecido tras una agresión en un pub de Magaluf murió por una complicación en la cirugía craneal que se le practicó en el hospital para tratarle una grave lesión en el lado izquierdo de la cabeza, una herida que según los forenses sería compatible con una patada.

Así lo ha detallado la médico forense que practicó la autopsia, durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Baleares con un Jurado. En el banquillo se sientan dos hombres, un británico de 38 años acusado de homicidio y un español de 40 años acusado de encubrimiento. La Fiscalía pide 12 años de cárcel por el homicidio y un año y ocho meses por el encubrimiento.

El suceso tuvo lugar la madrugada del 27 de abril de 2018 en Magaluf, en el local donde trabajaban los acusados, en la zona de Punta Ballena. La víctima, un hombre de 30 años que se encontraba de vacaciones en Mallorca, fue agredida aquella noche y murió días después en el Hospital Son Espases.

La forense que ha comparecido este jueves en el juicio ha explicado que el joven ingresó en coma en el Hospital, producto de una grave lesión en el lado izquierdo de la cabeza. Con todo, la operación fue un éxito y en menos de 12 horas el paciente estaba fuera de la UCI.

Sin embargo, apareció una complicación catalogada como poco frecuente -su incidencia es del 0,4 al 4 por ciento-, un sangrado en el tejido cerebral cuya mortalidad va del 18 al 36 por ciento. Esta complicación es fruto de la propia intervención en la cavidad intracraneal, por lo que la forense ha explicado que si hubiera sido operado antes -la primera ambulancia que lo atendió decidió no trasladarlo al hospital- no hubiera alterado el resultado.

En este sentido, la facultativa ha incidido en que la lesión en la parte lateral de la cabeza era potencialmente mortal porque generaba un incremento de presión en el cráneo y requería tratamiento médico. Así, ha recalcado que de no haber sido operado el resultado también hubiera sido la muerte, de manera que si no hubiese recibido ese golpe «seguiría vivo».

Se estima que esta lesión en el occipital tiene «origen violento» y que fue consecuencia de un «impacto de gran energía», compatible con una patada pero no con una caída o un objeto como un bate o un palo.

Además, la víctima presentaba otra lesión, en la parte posterior de la cabeza, cerca de la nuca, que era compatible con una caída. Según la forense, este golpe produjo una fractura en el cráneo pero no implicaba lesiones encefálicas graves.

Varios testigos explicaron en las sesiones previas que una ambulancia atendió en el lugar a la víctima, a la que encontraron sentada en la acera, pero que no consideraron necesario evacuarla a Son Espases. «Pensaron que simplemente estaba borracho», dijo uno de ellos. Trabajadores de la zona también apuntaron que ver «borrachos tirados en el suelo» es algo habitual en Magaluf.

Este jueves, la forense ha señalado que el hematoma interno podía no ser visible en ese momento y que el estado de ebriedad del paciente pudo haber «enmascarado» los síntomas de daño cerebral. Las muestras tomadas en Son Espases apuntaban a una intoxicación etílica aguda.

PERITAJE DE LAS IMÁGENES

Posteriormente han declarado dos peritos, un ingeniero informático y un detective privado, que realizaron un informe sobre las imágenes de las cámaras de seguridad a petición de la defensa.

Debido al ángulo de las cámaras, en las imágenes no se puede ver la supuesta patada de forma clara, pero los peritos concluyen que, en el momento en el que estiman que se produjo, el trabajador acusado de homicidio se encontraba ya dentro del bar porque se le ve entrar antes.

Los peritos identifican también una secuencia en la que un testigo se dirige a otro cliente del bar, señalándole. Este testigo afirmó este miércoles que fue otra persona quien dio la patada en la cabeza a la víctima, y que él se lo recriminó. Los peritos apuntan a este sujeto, una persona con la cabeza rapada a los lados, barba y pantalones cortos.

Con todo, los dos profesionales han lamentado que para este informe no dispusieron de las grabaciones íntegras sino de imágenes con cortes. El abogado de la defensa ha indicado que se solicitó el material completo pero «se denegó».