El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha insistido este sábado en cuestionar las amenazas de muerte recibidas por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y ha denunciado que la izquierda lleva impidiendo que los ciudadanos voten «en paz y libertad» desde las elecciones generales del año 2004 que se celebraron días después de los atentados del 11-M en Madrid.
«Alguno estaba fuera de las encuestas, fuera del Parlamento, y no sabe qué hacer a la desesperada para demonizar a Vox», ha denunciado en un mitin en la plaza de toros de San Sebastián de los Reyes, junto a su candidata a las elecciones madrileñas del 4 de mayo, Rocío Monasterio.
Abascal ha insistido en su tesis de la escasa credibilidad de las amenazas recibidas por Iglesias, de quien ha advertido que no acepta «lecciones de democracia» después del acoso que sufrieron él y su familia en el País Vasco. De hecho, ha asegurado tener documentadas hasta 87 amenazas y ataques recibidos.
«A mí también me dicen de todo y no lloriqueo como un cobarde. Y además a nosotros nos tiran piedras y no lloriqueamos. Nos amenazan de verdad y no lloriqueamos. Uno no puede creerse que está en la batalla de Stalingrado y después comportarse como un comediante y como un llorón», ha reprochado a Iglesias.
Abascal cree que España se enfrenta a un «peligro totalitario y un fanatismo muy peligrosos» y considera que «hay que atreverse» a «ridiculizar» a Iglesias. Pero también ha culpado de este clima al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a los medios de comunicación, que cree que callaron cuando era Vox el que sufría amenazas y agresiones.
De hecho, ha insistido en que su partido condena toda la violencia y por ello se ha personado como acusación popular en el caso de las amenazas contra Iglesias y contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Pero ha advertido de que, «si son inventadas», Vox perseguirá que «se siga hasta las últimas consecuencias a quien se las inventa».
«MOTIVOS PARA NO CREER»
Según ha defendido, su partido cuenta con «motivos para no creer». «Pensaban nosotros éramos como el PP, que nos iban a asustar con cualquier montaje. Pero es nuestra sospecha y nosotros decimos lo que pensamos», ha enfatizado.
Toda esta situación, a su juicio, deriva de la actitud de la izquierda, que «hace mucho que no quieren que se vote en paz, libertad y tranquilidad». «Después del 11-M la izquierda hizo todo lo posible para que los españoles no votáramos en paz. Y así elección tras elección», ha denunciado sobre quienes cree que «incitan» a la violencia contra Vox y no condenan sus ataques.
Por todo ello, ha insistido en que el próximo 4 de mayo no están solo en juego unas elecciones regionales, sino que es la oportunidad para «el principio del fin» del Gobierno de Pedro Sánchez y lograr la «retirada definitiva» de la política de Pablo Iglesias.
Además, ha advertido de que la izquierda manda «a sus brigadistas y perros de presa» contra Vox para intentar «amordazar» su mensaje, que «llega con claridad a los españoles».