El PP intenta esquivar la polémica que ha provocado el choque entre Podemos y Vox tras cuestionar este último partido las amenazas de muerte al ministro Fernando Grande-Marlaska y al líder del partido morado, Pablo Iglesias, con el objetivo de no dar munición a la izquierda en lo que enmarcan en una estrategia «polarizada» de campaña para movilizar al máximo a su electorado ante los comicios del 4 de mayo.
Desde ‘Génova’ aseguran que el PP va a seguir con su agenda y con su estrategia de campaña, que hasta ahora está «yendo muy bien» como, a su entender, recogen todas las encuestas. «A nosotros no nos van a marcar la agenda», señala un miembro del comité de dirección del partido.
El diagnóstico es similar en el entorno de Ayuso, donde aseguran que aunque PSOE y Unidas Podemos busquen el enfrentamiento para movilizar a su electorado, para el PP «no cambia nada» y seguirá a lo suyo. Es más, sostienen que queda «mucha campaña» y que Isabel Díaz Ayuso «tira mucho», añaden las fuentes consultadas.
En el PP aventuran de que Podemos y el PSOE van a intentar estirar la polémica y explotar la radicalidad hasta el final de campaña, en línea con los mensajes que lanzaron este sábado tanto Marlaska como el candidato socialista Ángel Gabilondo asegurando que cuando hay «señalamiento» de personas no vale «la equidistancia» y centrando sus ataques en el Partido Popular.
«NOSOTROS, A LO NUESTRO»
Aunque hay inquietud al no saber cómo puede afectar y evolucionar esta crispación que agita el debate político, fuentes de la dirección del PP recalcan oficialmente que no hay «ninguna preocupación» y creen que esta polémica se desinfla a cada minuto que pasa.
El propio líder del PP, Pablo Casado, ha pedido hoy a los suyos públicamente seguir con su estrategia de campaña, aunque antes ha acusado a la izquierda de «resucitar el dóberman» y el «miedo». «Nosotros a lo nuestro. Nos pagan un sueldo para servir a los españoles y resolver sus problemas, no para crearlos, pelearnos y gritar y molestar a quién piensa distinto», ha aseverado en un mitin en Pozuelo de Alarcón.
En parecidos términos se ha expresado la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha pedido a los suyos no «descentrarse» y «no caer en guerras estériles» ni en «problemas que no tocan». «Nosotros no vamos a estar ahora mismo para estos circos», ha proclamado, para defender su gestión y criticar que, después de dos años de lucha «en soledad», se «fabriquen a última hora problemas inexistentes para tapar lo importante».
«NO VAMOS A CAMBIAR NUESTRA ESTRATEGIA DE CAMPAÑA»
Fuentes de la cúpula del PP aseguran que cuentan con una candidata «lo suficientemente solvente» y «consolidada» para que este tipo de polémicas les puedan afectar. «Esto es una pugna entre Vox y Podemos», resume una persona con asiento en el comité de dirección de Casado.
Además, las mismas fuentes señalan que «faltan 10 días para las votaciones» y que su labor debe consistir en «poner en valor el trabajo de Ayuso». «Allá lo que hagan los demás. Nunca hemos tenido una candidata tan transversal y que le guste a tanta gente. No vamos a cambiar nuestra estrategia de campaña», insisten.
En ‘Génova’ aseguran, a raíz de ese choque que se produjo entre Iglesias y Monasterio, que a Vox y a Podemos «les interesa polarizar la campaña» para movilizar a su electorado, pero el partido de Santiago Abascal tendrá que valorar si con esta estrategia hace «peligrar un gobierno de centroderecha».
Además, en la dirección del PP intentan minimizar los efectos que pueda tener en la candidatura de Ayuso que la izquierda intente comparar al PP con Vox, ya que, según subrayan, el Partido Popular ya ha dicho que quiere un «gobierno en solitario» en la Comunidad de Madrid y tener «manos libres» para aplicar su programa electoral.