Bal propone a Monasterio un debate para que los madrileños decidan con quién debe gobernar el PP

El portavoz de la Ejecutiva de Ciudadanos y candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal, ha propuesto a su rival de Vox en las elecciones del 4 de mayo, Rocío Monasterio, mantener un cara a cara para que los madrileños puedan decidir si prefieren que el futuro gobierno autonómico esté condicionado por Vox o por Cs.

En una rueda de prensa telemática en la sede de la formación naranja este lunes tras la reunión del Comité Permanente, Bal ha lamentado que los candidatos de la izquierda, Ángel Gabilondo (PSOE), Mónica García (Más Madrid) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), «no quieran ya debatir» por la actitud que tuvo Monasterio con Iglesias en el debate de la Cadena SER.

Tras pedirles una vez más que «no renuncien a la palabra, a intercambiar opiniones y a presentar sus propuestas» y reiterarles su deseo de debatir, ha dicho que si estos candidatos mantienen su negativa, él invita a la aspirante de Vox a un cara a cara «donde ella quiera» para confrontar sus respectivos proyectos para la Comunidad de Madrid.

Porque, a su juicio, lo que se decide en estos comicios es «si el gobierno quedará condicionado por las políticas de Ciudadanos o por las políticas de Vox», y cree que la presidenta regional en funciones y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, podría tener como socio al partido liderado por Santiago Abascal porque no lo ha descartado.

APELA A LOS VOTANTES DE CENTRO DERECHA Y CENTRO IZQUIERDA

Por ello, Bal se ha dirigido a «los votantes de centro derecha que tienen miedo de que Ayuso conforme un gobierno en Madrid con Vox», una formación caracterizada por su «radicalidad» y que «no cree en Europa, niega la eficacia de las vacunas (contra el coronavirus), niega el cambio climático, puede utilizar la educación para adoctrinar en las aulas y defiende un solo concepto de familia».

Asimismo, ha apelado a los electores de «centro izquierda» que no quieren que la vida de los madrileños «quede condicionada por las políticas populistas y radicales de Podemos» y que ven cómo Gabilondo «se ha arrojado sin tapujos en brazos del señor Iglesias».

A todos ellos les ha animado a votar a Ciudadanos, porque sus políticas se dirigen «a todos los madrileños», no solo a «la mitad», y miran «al futuro y no al pasado».

«Tenemos esas propuestas que contentan a unos y a otros, lo mejor de la derecha y lo mejor de la izquierda», ha asegurado, prometiendo impuestos bajos, apoyo a empresarios y autónomos, políticas sociales «ambiciosas», un Estado del bienestar que no deje «a nadie atrás» y protección del medio ambiente.

Bal ha insistido en que lo más «sensato» es que el PP y Cs vuelvan a gobernar juntos, como estos dos últimos años, y ha prometido llamar a Díaz Ayuso el día después de las elecciones para reeditar la coalición y recuperar su acuerdo de gobierno. La presencia de Ciudadanos en ese ejecutivo «es imprescindible» para que la comunidad «tenga un futuro de paz y de concordia», ha advertido.

Respecto a cuál debe ser el papel de Vox ante ese escenario, ha indicado que «ellos verán» cómo se posicionan en la Asamblea de Madrid ante una votación de investidura y «cómo se lo explican a sus votantes».

LA «UTILIDAD» DE Cs FRENTE A LA «CRISPACIÓN»

El también portavoz adjunto de la formación naranja en el Congreso de los Diputados ha asegurado que, desde el debate electoral del pasado 21 de abril, su opción política está experimentando una «clarísima tendencia al alza» en la intención de voto y ha pronosticado que superará «con creces» el mínimo del 5% que se necesita para obtener representación en la Asamblea de Madrid.

«Ciudadanos se revela como un partido con una utilidad electoral absolutamente evidente en este clima de crispación al que nos han llevado el resto de los candidatos», ha manifestado, que ha reclamado a todos ellos que dejen los «insultos, imprecaciones, exabruptos y descalificaciones».

En este sentido, ha hecho una exhortación a «la convivencia, la tolerancia, el respeto y la democracia» para evitar que, tras estas elecciones, la crispación y el enfrentamiento permanezcan en Madrid, que «siempre ha sido una comunidad amable y acogedora».

Bal ha condenado «sin ningún tipo de matices» y expresado su «repulsa más absoluta» ante el acto «de coacción y de amenaza» que supone el envío de una carta con una navaja a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. «Esta campaña está adquiriendo clima absolutamente rechazable», «estoy absolutamente harto de esta política de trincheras y de bandos», ha lamentado.

También la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ha trasladado su «condena más firme» a «la terrible amenaza de muerte» que ha sufrido Maroto, ha dicho que espera que el autor responda ante la Justicia y ha hecho «un llamamiento a la sensatez para frenar ya esta deriva», tras las cartas amenazantes, con balas en su interior, recibidas por Pablo Iglesias, por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y por la directora general de la Guardia Civil, María Gámez.

CONDENAR TODOS LOS ACTOS DE VIOLENCIA Y COACCIÓN

Bal ha insistido en que todos los partidos deberían condenar toda la violencia y todos los actos de coacción, tanto las citadas amenazas de muerte, como la violencia contra los participantes en un acto de Vox en una plaza de Vallecas (Madrid), el escrache que sufrió la alcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, estando embarazada o la violencia terrorista de ETA que «Bildu sigue disculpando».

En este contexto, ha subrayado que la democracia no se gana «rindiéndose a la coacción y la amenaza», ni «disculpando» cierto tipo de violencia, como considera que ha hecho Podemos, o «frivolizando», como cree que ha hecho Monasterio con las cartas amenazantes, sino uniéndose frente a estas prácticas.

Igualmente, ha incidido en la importancia de debatir, de «hablar con todo el mundo» y de que ningún candidato se levante de la mesa.