El Gobierno toma distancia sobre las autonómicas de Madrid

El Gobierno defiende que las elecciones de la Comunidad de Madrid del 4 de mayo no deben interpretarse en clave nacional sino en su contexto autonómico, porque no son unos comicios generales sino de una región en la que la situación es muy «particular» y no es extrapolable a otros territorios, según argumentan distintas fuentes gubernamentales.

Eso sí, al mismo tiempo desde el Ejecutivo no han dudado en sumarse a la última estrategia del PSOE en la campaña de llamar a un cordón sanitario contra Vox, y responsabilizar al «discurso de odio» de este partido de las amenazas de muerte sufridas ya por dos ministros, entre otros; una nueva estrategia, con cambio de lema incluido, que precisamente avisa de que «no es solo Madrid» lo que está en juego, sino «la democracia», según los socialistas.

En todo caso, en Moncloa rechazan que los resultados del candidato socialista Ángel Gabilondo vayan a afectar a la posición y la gestión del Ejecutivo, en el supuesto de que, como pronostican algunas encuestas, el PSOE pierda apoyos y no logre formar gobierno con Más Madrid y Unidas Podemos. Y por ello, insisten en restar trascendencia nacional a la cita con las urnas en Madrid del próximo martes.

CONSEJO DE MINISTROS EN LA JORNADA ELECTORAL

En este contexto, han decidido mantener la reunión del Consejo de Ministros y la rueda de prensa posterior que celebran cada martes. El Gobierno sigue trabajando con normalidad, defienden, empezando por el presidente Pedro Sánchez, que también ha optado limitar su presencia en la campaña madrileña a los fines de semana, para seguir cumpliendo con su agenda institucional, explican en Moncloa.

El secretario general del PSOE arrancó la precampaña madrileña respaldando a Gabilondo cada fin de semana desde que a mediados de marzo se anunció el adelanto electoral. Además, redobló su presencia pública a las puertas de que comenzara oficialmente la contienda electoral, con varias comparecencias semanales en su calidad de presidente. Se le acusó incluso de estar opacando al candidato socialista.

Desde que arrancó la campaña el 18 de abril, el presidente ha recuperado una exposición mediática más reducida, como la que viene protagonizado en los últimos meses. Y con Gabilondo ha estado por ahora en dos ocasiones –en el arranque, el domingo 18, y el pasado domingo 25, en Getafe–, y estará seguro en el mitin de cierre del próximo domingo.

En esos dos mítines, Sánchez ha evitado además la confrontación directa con Díaz Ayuso, en un intento también de no entrar al trapo de la estrategia de la presidenta madrileña, que ha centrado su campaña en erigirse como un bastión de «libertad» frente al Ejecutivo central.

En el acto de arranque de la campaña del PSOE, Sánchez no mencionó a la candidata del PP por su nombre ni una sola vez. Y en el mitin del pasado domingo en Getafe, se centró el cargar contra Vox y en la amenaza que representa, a su juicio, para la democracia, por su «discurso del odio».

Entre semana, Sánchez ha delegado en sus ministros. La última que estuvo con Gabilondo fue la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, el pasado martes por la tarde. El miércoles no participó oficialmente en campaña ningún ministro, y este jueves, el titular de Política Territorial, Miquel Iceta, ha estado en un acto de campaña en Leganés, pero sin Gabilondo.

«HASTA EL ÚLTIMO MINUTO HAY PARTIDO»

En el PSOE y en Moncloa son conscientes de la dificultad que entrañan estos comicios, pero repiten una y otra vez que «hasta el último minuto hay partido», y que es posible que la izquierda sume los escaños suficientes para gobernar, porque todo dependerá de un «puñado» de votos, según fuentes socialistas.

Eso sí, distintas fuentes gubernamentales consultadas defienden que, pase lo que pase, hay que tener en cuenta que la situación de esta región es muy «particular» y no es extrapolable a otros territorios: por un lado, por la polarización que existe en Madrid, y por otro, por el hecho, a su juicio, de que la estrategia de la candidata del PP y presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, es distinta a la de otros ‘barones’ del partido en otros territorios, e incluso a la del propio líder ‘popular’, Pablo Casado.

En esta línea, también argumentan que el PP no tiene en otros territorios el peso que tiene en Madrid y que, además, el PSOE tampoco tiene el gobierno de esta región, por lo que no se arriesga a perderlo. Es más, aseguran que es Casado el que tiene las de perder en cualquier escenario: si Ayuso gana, puede ver amenazado su liderazgo; y si no logra conservar el gobierno de Madrid, el PP perderá uno de sus principales feudos.

Según los pronósticos de algunas de las últimas encuestas, el PSOE podría bajar incluso de los 30 de escaños, frente a los 37 que tiene ahora en la Asamblea. No obstante, fuentes socialistas defienden que lo importante en estos comicios no es tanto ganar en votos y escaños sino que sume la izquierda y lograr formar gobierno, algo que no descartan porque todo dependerá, a su juicio, de un puñado de votos.

Además, aseguran que la izquierda es «diésel», en el sentido de que a medida que avanzan las campañas, suele aumentar su movilización. En todo caso, para asegurarse de que el voto progresista acudirá a votar el próximo 4 de mayo, el PSOE decidió la semana pasada dar un giro a su campaña hacia la izquierda, y abandonar sus guiños al centro y a los votantes de ciudadanos, para centrarse en movilizar a la izquierda, con acercamiento a Unidas Podemos y a su candidato, Pablo Iglesias, incluido. Gabilondo pasó del ‘Con este Iglesias, no’, al ‘Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones’.

Esta estrategia de reforzar el bloque de la izquierda se ha enfatizado aún más en los últimos días tras las amenazas de muerte a varios ministros socialistas, a la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y a Iglesias, y las reticencias de Vox a condenarlas sin matices, lo que ha llevado al PSOE incluso a cambiar su lema, y pasar del ‘Hazlo por Madrid’, al ‘No es sólo Madrid, es la democracia’.