Casado confía en que una victoria de Ayuso consolide al PP como alternativa

«El 4 de mayo será el comienzo del fin del sanchismo y la antesala de la llegada de Pablo Casado al Palacio de la Moncloa». Así resume la cúpula del PP el espíritu con el que afronta las elecciones autonómicas madrileñas de este martes, unos comicios que ven como un revulsivo para el Partido Popular en toda España que visualizará que su líder es «alternativa real» a Pedro Sánchez, según han indicado Europa Press fuentes de la dirección nacional de la formación.

Una amplia victoria de Isabel Díaz Ayuso como han pronosticado todas las encuestas, salvo el CIS, servirá al PP para confirmar el éxito de la estrategia de reunificación del centroderecha por la base que ha impulsado Casado tras el rechazo de Ciudadanos y Vox a unir las siglas con plataformas como ‘España Suma’. Ese mensaje se ha completado con una apelación al votante socialista «descontento» con Pedro Sánchez y el PP cree que ya empiezan a recoger sus frutos.

El ‘efecto Ayuso’ y las elevadas expectativas electorales han hecho que ‘Génova’ sea consciente de cómo ha crecido el perfil propio de la presidenta madrileña, que ha querido diseñar una campaña personalista y con las menores injerencias posibles de la dirección nacional del partido, en la que Pedro Sánchez ha sido su «enemigo» a batir.

«Si Ayuso vuelve a gobernar, puede acabarse el ascendente de Alberto Núñez Feijóo», resume un veterano dirigente del PP, que señala que hasta ahora, cuando las aguas venían revueltas, todas las miradas se dirigían al ‘barón’ gallego. El control por la Presidencia del PP de Madrid, ahora en manos de Pío García Escudero, será una de las batallas internas que se jugará a la vuelta del verano.

‘GÉNOVA’ YA PREPARA EL POST-4M

La dirección nacional del PP espera que una victoria del PP en los comicios madrileños reactive el partido en el resto de España. Aunque han dedicado la recta final a pedir que nadie se confíe, fuentes ‘populares’ consultadas por Europa Press reconocen que manejan datos internos que superan los 60 escaños.

Si Ayuso se mantiene en la Puerta del Sol, los ‘populares’ lo retratarán como «una derrota de Sánchez» tras su implicación en buena parte de la campaña y se dedicarán a trasladar por todos los rincones del país el mensaje de que se puede ganar al secretario general del PSOE.

El otro éxito para ‘Génova’ será visibilizar ante la ciudadanía el avance en la reunificación del centroderecha. Un fuerte respaldo electoral del PP –si cuadruplica los escaños de Vox y absorbe casi todo el voto de Cs, como han apuntado las encuestas– permitirá a Casado presumir de que está recuperando a antiguos votantes del PP, como se comprometió en julio de 2018 al asumir la Presidencia del PP en sustitución de Mariano Rajoy.

DEL PEOR RESULTADO EN 2019 A PODER DUPLICAR APOYOS

En mayo de 2019, Ayuso cosechó el peor resultado del PP en Madrid, 30 escaños y el 22,2% de los votos. Fueron 18 diputados menos que Cristina Cifuentes y cifras muy alejadas de las mayorías absolutas de Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, siempre por encima de los 54 escaños. Sin embargo, los sondeos coinciden en que la candidata madrileña puede ahora duplicar esos apoyos.

En el cuartel general de los ‘populares’ ven estos comicios como un escaparate que consolida al PP como alternativa a Sánchez y abre las puertas de Moncloa a Casado en cuanto se convoquen las generales –previstas para finales de 2023 si no hay adelanto–, después de dos años y medio complicados no exentos de reveses como el de abril de 2019, que llevó al PP a su peor resultado histórico con solo 66 diputados.

Ahora el propio Casado asegura públicamente que el PP ya está en «empate técnico» con el Partido Socialista y «preparado» si hay elecciones. «El 4M empieza el estado de alarma para el PSOE», sentenció en la apertura de la campaña, en la que ha compartido escenario en cuatro ocasiones con Ayuso, si bien ha programado numerosos actos sectoriales para respaldar la candidatura de la presidenta madrileña.

A POR EL VOTO SOCIALISTA «DESENCANTADO» CON SÁNCHEZ

La estrategia del PP ante el 4M se ha dirigido también a atraer a votantes tradicionales del PSOE «desencantados» o «descontentos» con Sánchez dentro de su estrategia de apelar al voto útil. Tanto Casado como Ayuso han dedicado casi todos sus actos a lanzar mensajes y guiños a esos votantes y creen que les ha funcionado porque calculan un trasvase del 10% de voto del PSOE al PP, alrededor de 80.000 votos, según fuentes del PP madrileño.

El ejemplo más visible de esta táctica lo visualizó Ayuso la pasada semana con su foto junto a los históricos dirigentes socialistas Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. «Son dos referentes políticos a los que aprecio enormemente», proclamó la candidata del PP, que además ha llevado su ‘caravana electoral’ a varias ciudades gobernadas por los socialistas como Fuenlabrada, Parla o Getafe. «Para oponerse a Sánchez no hace falta ser de derechas, basta con ser sensato», ha repetido en varios de sus mítines.

También Casado y la dirección del PP han lanzado ese mismo mensaje de que hay que unificar el voto de centroderecha en torno al PP, con la vista puesta en unas futuras generales. En ‘Génova’ consideran que el 4M servirá de «punto de inflexión» porque los españoles podrán comprobar que si el centroderecha vota unido, Sánchez tiene un pie fuera de la Moncloa». «El 4 de mayo enseñaremos la puerta de salida de la Moncloa a Pedro Sánchez», insisten en ‘Génova’.

CAMPAÑA «SUCIA» Y POLARIZACIÓN

La dirección del PP ha denunciado desde el minuto uno la campaña «sucia» de sus rivales, a los que ha acusado de intentar «embarrarlo todo» pero sin conseguir su objetivo. Sus principales críticas se han dirigido a Pedro Sánchez, al que han acusado de «utilizar» el Boletín Oficial del Estado y el Centro de Investigaciones Sociológicas con intereses partidistas.

En el PP creen que Ayuso sale indemne de la campaña de polarización que ha impulsado la izquierda en la última semana de campaña a raíz del debate en Telemadrid y las cartas amenazantes. Es más, fuentes del partido creen que esa disyuntiva entre ‘democracia y fascismo’ que ha azuzado sobre todo Pablo Iglesias no les dará muchos réditos electorales, máxime cuando la campaña cierra con la polémica de que dos de los agresores del mitin de Vox en Vallecas son de la seguridad del líder de Podemos.

Además, fuentes del PP consideran que ha fallado la estrategia de identificar a su candidata con la extrema derecha, con mensajes como los de la vicepresidenta Carmen Calvo: «La señora Ayuso está liderando el PP hacia Vox» o del ministro José Luis Ábalos aludiendo a la «relación de amor impúdica con la ultraderecha» de la candidata ‘popular’.

¿RELACIÓN CON VOX?

El mensaje oficial del PP es que Ayuso quiere gobernar en solitario y tener «manos libres» para aplicar su programa, sin depender de Vox. Eso sí, la candidata no ha sido tan contundente como Casado marcando distancias con el partido de Santiago Abascal. «No he visto en Vox las barbaridades que sí están cometiendo en Podemos», aseveró hace unos días.

En ‘Génova’ esperan que Ayuso no necesite a Vox para gobernar y que, como mucho, solo requiera su apoyo o abstención en el debate de investidura. La dependencia de Vox tras el 4M no ayuda al discurso centrista y moderado que Casado quiere llevar por toda España y que él mismo quiso visualizar en la moción de censura que esa formación presentó en octubre contra Sánchez, cuando espetó a Santiago Abascal: «Hasta aquí hemos llegado».