Cómo distinguir el apetito sexual del amor verdadero

Una pareja puede suponer muchas cosas para una persona y no todas tienen por qué significar lo mismo. Hay gente que busca el amor verdadero a toda costa pero, hasta que se encuentra, es muy común el guiarse a través del deseo sexual.

Estos dos conceptos, en ocasiones, los usamos sin distinción, a pesar de que son muy diferentes. Es cierto que, dentro del amor, aparece el apetito sexual, igual que puede suceder al contrario. Sin embargo, también es completamente posible que vayan por separado sin llegar a entremezclarse en ningún momento.

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Amor y deseo sexual, dos conceptos muy diferentes

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Lo primero que debemos tener en cuenta es que no tenemos que confundir los conceptos de amor y deseo, ya que son completamente distintos. La mayoría de expertos coinciden en que cada uno de ellos debe tener su lugar, y así tenemos que distinguirlos. El amor, por ejemplo, es un sentimiento basado en crear esa intimidad con la otra persona.

Además, también le siguen otras características como la existencia de una correcta comunicación entre las personas implicadas, la confianza, comprensión, el repeto, etc. En cambo, cuando hablamos de deseo sexual, lo hacemos de un sentimiento que nace en nuestro interior muy relacionado con la sexualidad, ya que forma parte de la misma.

Por tanto, aunque el amor también puede implicar que nos atraiga de forma sexual la otra persona, para que se de el deseo no tenemos por qué amar. Al contrario del primero, este segundo se puede considerar como un conceto más independiente en este aspecto.

También cuentan con un concepto en común muy importante

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Es cierto que la mayoría de expertos coinciden en que amor y deseo sexual son dos conceptos distintos. Sin embargo, también cuentan con algunas características comunes. Estas son las que nos llevan a confundirlos en muchas ocasiones, tornándose complicado el saber diferenciarlos a la perfección.

De acuerdo a un estudio publicado en la revista Journal of Sexual Medicine, en 2012, el deseo sexual y el amor cuentan con varias áreas cerebrales relacionadas con la integración somatosensorial, la cognición social o la expertativa de recompensa. Esto es lo que hace que muchas personas no sean capaces de darle a cada sentimiento su lugar, sino que terminen pensando, de forma equivocada, que son lo mismo.

Tanto uno como el otro se construyen sobre un circuito neuronal que se orienta a las emociones, así como al placer. Sin embargo, el amor es capaz de aparecer e ir creciendo con la paso del tiempo, siendo una representación algo más abstracta en cuanto a las experiencias físicas, más características del deseo. Ese apetito sexual nace de una sensación visceral, que puede ir convirtiéndose en un sentimiento más estable y duradero en el tiempo.

La diferencia principal entre el amor y el apetito sexual

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Por tanto, si ya hemos visto que cuentan con muchas cosas en común pero que, aún así, son diferentes, es el momento de desevelar esa diferencia a través de la cual podemos distinguir cada uno de ellos. En cuanto al deseo sexual, la atracción va hacia el físico o la belleza de la otra persona. Estamos interesados en el sexo y el placer, pero no deseamos ir más allá. El deseo se traduce en noches y momentos individuales, sin pensar en formar una vida ni entremezclar la nuestra con la de la otra persona.

Si una persona nos atrae físicamente y tenemos esa necesidad de irnos con ella a la cama, en caso de no estar interesados en hablar después con ella, quedarnos a dormir o profundizar un poco más en la relación, tan solo estaremos sintiendo deseo o apetito sexual, ya que el amor es distinto en ese aspecto. De hecho, este último sentimiento cuenta con un lenguaje propio muy particular.

Cuando el amor está de por medio, sentimos y mostramos una necesidad de ser parte activa en la vida de esa otra persona. Así, empezamos a interesarnos por conocer a sus amigos, a su familia, etc. Además, nos gusta hablar sobre cualquier tema, conocer a fondo lo que opina esa persona, sus gustos, sus aficiones… Y deseamos también hacer cosas juntos como un viaje, compartir hogar, vida, crear una familia, etc.

Otras características que nos ayudarán a reconocerlos (y separarlos)

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Además de lo que ya hemos contado, también existen otras características que nos pueden ayudar a diferenciarlos. En caso de que lo que estemos sintiendo sea deseo sexual, la otra persona podrá aparecer de repente en nuestra vida y desaparecer en tan solo una noche, por ejemplo. Sin embargo, el amor va más allá, pues está basado en un sentimiento y compromiso mucho más profundo. El deseo arde de primeras de forma muy rápida pero, sin el apoyo de un compromiso, quedará en cenizas también muy pronto.

Otros expertos opinan que otra de las diferencias está en que el amor tiene la capacidad de crecer con el tiempo. Con el deseo sexual, no obstante, suele suceder todo lo contrario ya que, con el paso del tiempo, lo que hace es irse desvaneciendo. Cuando hablamos de amor, lo hacemos de ese apego que senttimos hacia la otra persona, el cual va siendo más fuerte conforme pasan los meses o años. El apetito sexual o deseo se puede comparar con una montaña rusa de emociones, ya que lo que lo impulsa es la fuerza biológica. No deja de ser un concepto mucho menos racional.

Por otra parte, el deseo sexual destaca por ser egoísta casi todo el tiempo. En cambio, con el amor sucede todo lo contrario. Sentir deseo puede derivar en querer poseer a la otra persona. En el caso del amor, este no es posesivo, por lo que tampoco será egoísta. Al estar enamorados, pensamos primero en los intereses de nuestra pareja. Por ejemplo, en caso de querer a alguien y saber que esa persona ya no corresponde como antes, desearemos que sea feliz sin nosotros antes de que se quede y viva sindo desgraciada.